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Intentan rescatar “por cuenta propia” una playa en La Habana

Por ADNCUBA: Por Liz Erika Zaldivar el 13 Jun 2019 – 2:43pm

Justo en las periferias del municipio Playa, en La Habana, se encuentra el Reparto Flores, un sitio alejado del centro de la ciudad pero que guarda ciertos tesoros: una playa.

Pocos barrios tienen una playa, o pudieran tenerla, pero la realidad es que en la desembocadura del río Quibú, justo donde el agua dulce sabe a sal, hace tiempo que no crecen las flores.

Los vecinos de la “playita” habían hecho poco caso al cuidado de su tesoro. Pero las condiciones actuales del agua, de la arena y de las dunas, no es responsabilidad única de los que habitan el reparto; a ese lugar viene a parar la basura de casi cinco municipios de la capital, que de forma inescrupulosa, vierten desechos al río Quibú.

La idea de rescatar ese espacio natural fue de Juan Carlos Blain Noste. Su negocio, Juankis Pan, está enclavado casi a 50 metros de la playa, y desde que abrió el lugar pensó en cómo solucionar el problema de la basura.

En abril pasado comenzaron a limpiar la playa. No era una misión fácil. Dos meses después repitieron la iniciativa y los resultados fueron asombrosos.

“Creo que esta vez doblamos la cantidad de gente que convocamos en la primera – dice Juan Carlos— además logramos involucrar una cantidad de equipos pesados que ayudaron mucho a mover toda la basura”.

Casi mil personas pasaron este sábado, desde las nueve de la mañana hasta horas de la tarde, para limpiar la playa. Los participantes, en su mayoría jóvenes, llegaron desde todas partes de La Habana.

William Bello, uno de los coordinadores del Proyecto Cuba Emprende, destacó que la importancia de esta acción es demostrar que desde el voluntariado y las iniciativas privadas se pueden lograr grandes cosas, que los emprendedores cubanos no son los “malos de la película”.

“El CITMA nos apoyó mucho esta vez –dijo Greter Dapresa, coordinadora de la recogida—. Los camiones, grúas, todo el equipo pesado que llegó hasta Flores fue gracias a las conexiones que hizo esta empresa, cuyo objeto principal es la preservación del Medio Ambiente”.

La fortaleza que tiene este proyecto es que ha reunido a diferentes actores de la sociedad para que juntos trabajen por la limpieza de una comunidad. Miembros de la Fundación Antonio Núñez Jiménez, del Proyecto OASIS, de Cuba Emprende, de Acualina, de Cubanos en la Red, Velo Cuba, Habici, Charlote Gym, Muebles Atlantic, FAC, Planta, de las BTJ, de la Universidad de La Habana, fueron los protagonistas de la recogida.

“Hemos logrado cosas buenas, que la propia comunidad de la playa se involucre, participe, que los vecinos nos ayuden con los recursos que tengan, con instrumentos para trabajar, que nos provean guantes, nylon para deshechos, que nos faciliten apoyo con la alimentación, agua. Eso ya es un paso de avance”, comentó el creador del proyecto.

Las vías de comunicación estuvieron enfocadas fundamentalmente en las redes sociales, el espacio virtual en el que conviven los jóvenes. Las estadísticas del evento creado en Facebook coincidieron con la realidad. De los 2600 que interactuaron con la propuesta, 260 confirmaron que asistirían y el resto se mostró interesado. Ese día participaron mucho más personas.

“No todo es perfecto. Nosotros reconocemos el trabajo en el lugar no estuvo totalmente organizado. Las personas tienen deseos de hacer cosas, pero hay que dejarse orientar, trabajar en equipo”, dijo Juan Carlos.

Se refiere a que no se clasificó toda la basura como se hizo en abril, durante la primera recogida. Pero el problema no fue tan serio, esta vez se aprovechó más el uso de las máquinas, y esas no pueden definir qué es plástico, metal o vidrio.

Tanto deseos había de recoger la playa de Flores que ni siquiera la lluvia impidió el trabajo. Mientras arreciaba el guacero, más deseos de seguir se respiraban en el ambiente. A penas escampó, salió el Sol.

Una clave de Sol como la que encabezaba el pentagrama de Jano, el grupo de cámara que acompañó musicalmente la recogida.

“A penas el día antes me enteré de la actividad – dijo Esglais Gainza, directora de Jano—. Me propusieron que participara, no solo a recoger, sino a intervenir musicalmente el espacio en el que se estaba trabajando. La idea en un inicio me pareció un poco loca, pero no la deseché. Lo hicimos”.

Pero limpiar la playa es solo la punta del Iceberg. Lo principal es fomentar la cultura de protección del medio ambiente en las comunidades que habitan los alrededores del río, para que no utilicen las aguas del Quibú como un vertedero.

Emprendedores como Juan Carlos continuarán luchando para que se mantenga la sistematicidad de actividades como esta, y que un día, esos jóvenes que llegaron desde cualquier parte de La Habana, regresen a disfrutar de una playa limpia.

Estas publicaciones no representan necesariamente las opiniones del Instituto de Estudios Cubanos.

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