Por ADN Cuba el 02 Dec 2019 – 2:43am
La mala gestión administrativa viene a sumarse a los problemas de abastecimiento irregular que han provocado este mes una severa escasez de medicamentos en las farmacias de La Habana.
Ni en el llamado “mercado negro” se consiguen ya antibióticos, antidepresivos, analgésicos, antihistamínicos, y medicamentos necesarios para enfermedades crónicas, como la diabetes.
A modo de ejemplo, el extraño caso de una farmacia sin medicinas, tras la supuesta fusión de dos unidades dedicadas a la venta de esos productos.
El periódico Trabajadores informó esta semana que dos farmacias del municipio Plaza fueron unidas por su empresa. La que desapareció radicaba en la Terminal de Ómnibus Nacionales y la que heredó casi todo de ella, es la unidad 748, que se encuentra en la esquina de Desagüe y Montoro.
La nueva farmacia recibió toda la documentación necesaria, incluidos los llamados “tarjetones”, que controlan los medicamentos que deben ser entregados periódicamente a los enfermos crónicos.
Sin embargo, dice el periódico, la farmacia ha crecido en clientes pero no en medicamentos. Ahora reciben la misma cantidad de medicinas que antes de la fusión, lo que provoca cada mes el disgusto de todos aquellos que no alcanzan lo que tienen recetados por sus respectivos médicos para aliviar o curar sus dolencias.
“La fusión se dio, pero tal parece que la defunción se hizo presente, quizás por el olvido o por alguna gestión burocrática que olvidó incorporar no solo tarjetones y clientes, sino también los tan necesarios medicamentos que les corresponden”, asegura Trabajadores.
El pasado mes de julio, en una comparecencia en la Mesa Redonda de la TV cubana la directa de Operaciones y Tecnología del Grupo de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas de Cuba (BioCubaFarma), Rita María García, admitió la carencia ‒en la red de farmacias estatales donde se adquieren en moneda nacional‒ de entre 40 y 47 medicamentos.
García dijo también que la escasez de medicamentos es, en parte, consecuencia de vulnerabilidades en “el control interno” del MINSAP, que han alimentado el mercado negro.
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