Por Paula Gamboa el 06 May 2020 – 7:04pm. ADN Cuba.
Internacional
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof justificó recientemente la decisión de Argentina de importar misiones de médicos cubanos para colaborar mientras se desata el pico de la COVID-19 en el país.
Pese a las críticas por parte del gremio médico argentino ante la posible llegada de los galenos de la Isla, Kicillof expresó que “Esto nace porque es conocida la capacidad que tiene Cuba de asistir, tiene un sistema de salud reconocido mundialmente, también de desarrollo de medicamentos”.
Inicialmente se contaba con que 202 profesionales de la salud de Cuba arribaran al país andino a finales del mes pasado. Los especialistas auguraban un crecimiento exponencial de contagios por el nuevo coronavirus el cual fue aplacado gracias al decreto de una cuarentena total. De ahí que actualmente no se precise un refuerzo en los equipos médicos de la capital argentina. Hasta el momento la misión cubana continúa aplazada sin una fecha concreta.
Si esto llegase a ocurrir los galenos no podrían cumplir los 14 días de aislamiento obligatorios porque el régimen de La Habana garantizaría, mediante declaración jurada, que no presentan síntomas del coronavirus y están dispuestos a trabajar inmediatamente.
Según reporta Infobae, el gobernador dijo que los médicos nacionales serán los primeros llamados a reforzar el sistema de hospitales si la situación lo ameritara en el futuro cercano. Como segunda opción mantendrán la búsqueda de otros profesionales extranjeros, incluidos los cubanos. Aseguró que la nación sigue en contacto con otros países, pero el desarrollo de la enfermedad afecta hoy a todos.
“Llegado el caso, en vez de estar discutiendo de dónde vienen los médicos, vamos a estar con un problema mucho más grave que es que no tenemos quién los atienda y eso no lo voy a permitir, vengan de donde vengan”, puntualizó Kicillof.
Muchos se preguntan si la idea partió de Cristina Fernández de Kirchner, aunque Kicillof no ha aportado datos para comprueben esa interrogante. A nivel global existe mucho desconcierto con las misiones médicas cubanas. Un ardid del régimen para obtener ingresos a la vez que explota a sus profesionales de la salud, quienes perciben ingresos muy por debajo de lo que cobra la dictadura a los países favorecidos con este servicio. Detrás del manto de la solidaridad solo se esconde la corrupción, el rejuego político e incluso la esclavitud en pleno siglo XXI.
Una figura como la politóloga y política argentina Laura Alonso ha expresado a través de sus redes sociales que los médicos cubanos son espías del régimen y puso de ejemplo como el gobierno de Nicolás Maduro los usó para presionar a los votantes venezolanos.
Como parte de las protestas, por la posible llegada de los cubanos, en días pasados un grupo de 29 médicos y trabajadores de la salud argentinos, que quedaron varados en Estados Unidos cuando se cerraron las fronteras por la propagación de la pandemia de coronavirus, manifestaron su indignación y enojo ante la inminente contratación de cubanos por parte del gobierno de Buenos Aires, antes que éste haga esfuerzos reales por repatriarlos y llevarlos de regreso a sus trabajos.
El descontento es tan generalizado que, en una reunión del ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán con los colegios de los profesionales del ramo, estos últimos presentaron un listado de más de 170 médicos extranjeros que residen en Argentina y que aún no tiene sus títulos revalidados para ejercer. Se trata de bolivianos, colombianos, peruanos, chilenos y venezolanos, quienes buscan ocupar primero el lugar de los cubanos, que figuran como plan del Ministerio de Salud de la nación y de la provincia para el caso que no alcancen los que estén disponibles si hay un pico de contagios de coronavirus.
Un decreto de necesidad y urgencia del presidente Alberto Fernández permite la contratación temporaria por parte del Ministerio de Salud de profesionales extranjeros cuyos títulos no estén revalidados en Argentina.
Estas publicaciones no representan necesariamente las opiniones del Instituto de Estudios Cubanos.
