Emilio Bacardí Moreau

Brigada 2506 Raices Mambisas

Emilio Bacardí Moreau

Por: Pedro Roig

Nació en Santiago de Cuba, el 5 de junio de 1844, hijo de Facundo Bacardí Massó, de origen catalán y la santiaguera Amalia Moreau. Autodidacta y libre pensador, mostró una temprana devoción por la literatura, cultivando la lectura de los grandes autores de la época que le brindaron una amplia visión de los derechos individuales y libertades ciudadanas, que iluminaron el Siglo XIX.

Incansable en el cumplimiento de sus obligaciones Emilio, junto a sus hermanos, trabajó desde muy joven en la empresa licorera, Ron Bacardí, fundada por su padre en la calle Marina Baja, Número 32, pero siempre fue un hombre de letras y de ideales de libertad.

Durante la Guerra de los Diez Años (1868-1878), Emilio Bacardí estableció una eficiente red clandestina de suministros a las fuerzas mambisas de Guillermo Moncada, José Maceo y Flor Crombet que operaban entre Santiago y Guantánamo. En 1876 fue apresado y condenado a cumplir prisión en las Islas Chafarinas, posesión española en África. La Paz del Zanjón (1878) abrió las cárceles y Emilio regresó a Santiago.

Durante los 17 años que Martí llamó “La tregua turbulenta” (entre el Zanjón y el Grito de Baire”, 24 de febrero de 1895), Emilio Bacardí, pudo conciliar su responsabilidad de trabajo en la empresa familiar con su tenaz esfuerzo por alcanzar la independencia de Cuba.

Su circulo de conspiradores lo integraban figuras de enorme prestigio patriótico y jóvenes de la nueva generación formada por Alfredo Justiz, Juan Maspóns, los Sánchez Vaillant, Desiderio Fajardo, Eduardo Yero, Pelegrín Carulla, los Portuondo Tamayo, los Silva Duany, Carlos González Clavel y su entrañable amigo Federico Pérez Carbo.

En julio de 1890, el mayor general Antonio Maceo, recibía autorización para viajar a Santiago de Cuba, su ciudad natal, donde fue recibido como un héroe. En una cena ofrecida al “Titán de Bronce”, Emilio Bacardí, en conversación de sobremesa, coincidió con el ideal de Cuba independiente y soberana, que consagró la vida de Antonio Maceo y que el compartía a plenitud.

Emilio Bacardí, hombre de suprema austeridad y devoto de las buenas costumbres, fue un magnifico escritor de novelas, historia y artículos periodísticos, y nos legó su obra monumental recogida en “las Crónicas de Santiago de Cuba”, publicadas en 10 tomos por su hija Amalia Bacardí.

El 24 de febrero de 1895, estalló la guerra que predicó el Apóstol José Martí. De inmediato Emilio Bacardí reanudó su peligrosa misión de abastecimiento, activando las rutas de medicinas, pertrechos de guerra y correos. En ocasiones propicias utilizaba botes de remos, dentro de la bahía de Santiago, aprovechando los espesos manglares y densa vegetación en las estribaciones de las montañas. Rente, Fortaleza, Victorino y Cajuma sirvieron con frecuencia como puntos de enlace con los mambises.

En mayo de 1895, el Mayor General José Maceo, jefe del Primer Cuerpo del Ejercito Libertador, pudo contar con los suministros de su veterano amigo Emilio Bacardí Moreau. Las zonas de los antiguos cafetales franceses, el Cristo, La Maya y Cuabitas, eran también puntos de contactos con los insurrectos de la región.

Pero era inevitable que Emilio fuera objeto de sospechas por las autoridades coloniales. En efecto, en mayo de 1896, una unidad al mando del jefe de la policía local se presentó en la casa de Emilio, donde fue detenido, llevado a la carcel de Santiago y enviado por segunda vez a la terrible prisión de Chafarinas cerca de África.

Su hijo Emilio (Emilito) Bacardí Lay, a los 18 años se incorporó al Ejercito Mambí. En octubre de 1895 “Emilito” como le decían, participó en las filas de la Columna Invasora que al mando de Antonio Maceo inició la épica jornada que llevó la guerra hasta Mantua en el extremo Occidental de Cuba. Emilito Bacardí peleo en los principales combates incluyendo “Mal Tiempo” donde se distinguió en la famosa carga al machete de la caballería mambisa. Terminó la guerra con grado de coronel del Ejército Libertador.

En agosto de 1897, ante el creciente peligro de una intervención militar de Estados Unidos en Cuba, España retiró al General Valeriano Weyler, anunció la implementación de la autonomía para el gobierno de la isla y liberó a los presos políticos. Emilio Bacardí fue puesto en libertad.

El 21 de abril de 1898, comenzó la Guerra Hispano-Cubano-Americana, que concluyó con el armisticio acordado el 22 de agosto de 1898. Ese mismo día Emilio Bacardí regresó a su querido Santiago de Cuba que lo recibió como un héroe de la independencia, respetado y querido por su dedicación, coraje y sacrificio que nutrieron las raíces mambises de Santiago, con la fecunda savia del sueño libertario.

Sus bisnietos José “Pepín” Bacardí González y Roberto del Rosal Covani, integraron la Brigada 2506.

Roberto del Rosal Covani

Bisnieto
Batallón especial, Escuadra de Armas #1471
En la tradición de la familia, yo estoy contento y orgulloso de formar parte de este grupo de hombres dispuestos a luchar hasta la muerte por liberar a Cuba de la tiranía que la oprime. Aquí estoy con muchos amigos de Santiago, compartiendo sus ideales y la moral muy alta, además la causa es muy bella, tan bella como la bandera y las costas azules de nuestra patria.

José “Pepín” Bacardí González

Bisnieto
Batallón especial 3ra Compañía, Escuadra de Armas #1965
Santiago de Cuba fue cuna de patriotas que de una forma u otra lucharon por la Patria, entre ellos, muchos de mi familia, Esto me llevó a participar en la Invasión de Bahía de Cochinos para sacar a la ya dictatura comunista de los hermanos Castro y alcanzar la libertad de Cuba.
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