* Vicente Morín Aguado
Salir a la calle en La Habana significa un reto asumido por cubanos y visitantes. Para los segundos será aceptar realidades tal vez desterradas definitivamente en sus países de origen, en particular, los Estados Unidos.
El primer tropiezo puede ser un basurero al doblar de la esquina. Los vertederos de desechos sólidos se han convertido en parte del paisaje urbano, tanto en La Habana, la mal llamada capital de todos los cubanos, en Matanzas a las puertas de Varadero, balneario de fama mundial, o en Santiago de Cuba, la icónica Ciudad Héroe del castrismo.
Los complejos turísticos lejos de la población son excepciones, pero surge la pregunta: ¿De qué vale un palacio en medio del pantano? La contaminación afectará a todos, a no ser que los privilegiados pretendan encerrarse en su urna de cristal.
Titulares de la prensa, opiniones de cubanos residentes, estadísticas, y el insustituible valor de las imágenes, confirman:
“Rodeados de una piscina de excrementos: así viven vecinos de edificio en Alamar”. (Cubanet)
“No puedo ni abrir por la peste y los bichos”, cubano denuncia salidero de aguas albañales en La Habana”. (CiberCuba)
“En el reparto Los Hoyos, Santiago de Cuba, falta el agua hace semanas, no aparecen pipas con el suministro de urgencia en tales casos y, crecen los basureros porque tampoco vienen los vehículos encargados de esta última tarea”. (Diario de Cuba)
El rosario de casos similares a lo largo de toda la Isla es innumerable, en la capital los derrumbes frecuentes de edificaciones agregan una inusual cantidad de escombros.
La falta de agua potable llega a ser intolerable, hasta el punto de provocar protestas masivas, como la escenificada en la calle Sol de la Habana Vieja este 2 de junio, que requirió la intervención represora de la policía. Los vecinos también acuden a los uniformados en su desesperación cuando aparecen las pipas, puede ser después de 40 días como ocurrió en Contramaestre el municipio oriental que guarda el sagrado sitio donde cayera combatiendo nuestro apóstol Martí.
Agua y escombros, las culpas van a parar a la falta de combustible, sin abordarse la existencia de una red hidráulica insuficiente, pues en muchas ciudades, La Habana y Guantánamo son casos notorios, se detuvo el normal crecimiento de los ramales hace sesenta años, cuando los barbudos prometieron el paraíso terrenal hoy infierno real.
Aunque en el país toda el agua es tratada con productos químicos adecuados para su consumo, Cloro es el principal, resulta imposible soportar carencias de tanta magnitud. La situación es crítica si se trata de los edificios multifamiliares, cuyos sistemas colectivos de abasto y desagüe están mayormente colapsados.
Abundan los casos de cisternas contaminadas, la desidia, el desvío de recursos, las carencias materiales, forman un conjunto difícil de resolver para el régimen estatal absoluto implantado y mantenido a toda costa en Cuba.
Hasta la prensa oficial llegan las quejas de los desesperados, espacio de opinión que pretende soltar vapor sin profundizar en las causas del desastre. Sergio I. Chávez, del municipio capitalino La Lisa, reportó otro caso de contaminación por aguas negras. Dice Sergio:
“Estoy clamando por una solución rápida, lógica y con apego al respeto que merecemos los cubanos por nosotros mismos”. (Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba)
Los brotes epidémicos que hoy azotan a Cuba, típicos para América Latina, encuentran un excelente caldo de cultivo en la insalubridad permanente del país. La paradoja está en el empeño estatal por minimizar, ocultar esas realidades, engañando a su pueblo y al mundo.
El Anuario Estadístico del MINSAP fijó en el 94,2 % la cifra de cubanos con “fuente mejorada de agua para beber” el pasado 2018. La estadística no aclara cada cuantos días y qué cantidad de agua implica para un hogar cubano semejante por ciento.
De igual manera, la epidemia del dengue se ha enseñoreado sobre el gran archipiélago antillano, los casos “oficiales” son 1542 hasta la semana 30 del presente año, pero la panorámica contada por la gente es peor:
Un enfermero del hospital General Freyre de Andrade, conocido como Emergencias en La Habana, de manera anónima comentó que “estamos sobrepasados y el problema no solo es que no damos abasto, sino que cuando los pacientes ven cómo está este lugar se quieren ir para sus casas y rechazan la orden de ingreso”.
El enfermero continuó diciendo que “nos reunieron a todos para que los que podamos hacer horas voluntarias las hagamos porque el personal no alcanza para la cantidad de enfermos que tenemos y también nos advirtieron de que no se puede dar información a nadie sobre la cantidad de casos ni de fallecidos”.
“Aunque confirma que tan solo en lo que va de esta semana han fallecido tres personas, una de ellas ya había llegado con un avanzado estado del virus”.
Sin embargo, el reporte publicado por la Organización Panamericana de la Salud en su sitio web PLISA, deja vacío el espacio para anotar “muertes” en su reporte actualizado sobre esta pandemia.
La asistencia hospitalaria vive una crisis en Cuba, asombra decirlo al contrastar el alud informativo del gobierno comunista dirigido al mundo. Cifras de una prolija investigación realizada por Diario de Cuba indican que han dejado de prestar servicios 64 hospitales durante la década por terminar, mientras los existentes, un centenar, padecen en general de graves problemas con los insumos, la higiene interna y demás recursos para garantizar una atención adecuada.
El rechazo al ingreso por parte de enfermos y familiares no es infundado. Recientemente murieron en una noche 97 personas ingresadas en hospitales habaneros, todos con similares síntomas que concluyeron fatalmente en paros cardio-respiratorios.
El sistema nacional de salud se reciente inexplicablemente si consideramos que la colaboración médica cubana con unos 67 países abarca alrededor de 25 mil profesionales del sector y, de acuerdo a cifras que se exhiben orgullosamente, reportó ingresos por 6400 millones de dólares el pasado año.
Los consultorios de barrio, llamados “del médico de la familia”, plan de cabecera de la asistencia primaria, ideado por el desaparecido Comandante en Jefe, han disminuido en 3802 durante los últimos años. Mientras Venezuela y África se inundan de doctores cubanos, en su patria un galeno ha de atender frecuentemente tres consultorios porque faltan colegas.
Entrar a un hospital puede ser cruzar las puertas del infierno. Así lo testimonia una mujer desde Guantánamo:
“Las camas están todas oxidadas, las mesitas de al lado de la cama y los tubos donde se ponen los sueros, los colchones ya todos rotos, hay que llevar almohadas, sábanas, fundas, toallas, vasos, cubiertos, ventiladores y cuñas para que las que estén operadas puedan orinar en ellas”.
La fuente también denunció que a su hermana durante la operación la suturaron con un hilo que no era el adecuado para este tipo de prácticas.
“No había troque para ponerle cuando le pusieron el suero, yo por suerte había llevado de donde vivo fuera de Cuba y se le pudieron poner”, comentó.
No asombra el video hecho viral sobre dos cubanoamericanos que fueron detenidos por la policía y multados, al intentar llevar insumos a un hospital en Cienfuegos.
Luz escobar, reportera del diario digital 14ymedio, dirigido por Yoani Sánchez, cuenta el caso de una niña trasladada de la policlínica a un hospital en ambulancia, diagnosticada con Dengue: “Tras una larga espera llega una ambulancia: En el interior del vehículo solo había un banco destartalado y no se veía ninguno de los equipos de reanimación que “aparecen en las películas”, apuntó con desilusión la pequeña”.
Llegados al extremo de pasar la enfermedad en casa, viene a complicar el asunto la escasez de medicinas, crónica en la Cuba de hoy, donde se mantienen entre 40-50 medicamentos en falta.
En la lista reconocida por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) resaltan Clonazepan, Metildopa, Nifedipino, Fluodrocortisona, Metimazol, Atelonol, Glimepiride, Amiodarona, Risperidona, Dorzolamida, Enalapril, Captopril, Amlodipino, Salbutamol, Metforfina, Espironolactona, Alprazolam, Aspirina y hasta la Levodopa o la Vitamina K, con usos muy específicos.
Un caso ilustrativo es la popular duralgina o dipirona, cuya existencia semanal en farmacias se resume al día de su llegada a los almacenes, porque después habrá de comprarse en el mercado negro.
Advertencia final.
Recientemente The New York Times alertó sobre la posible trasmisión del virus del Zika desde Cuba, reflejando la ocultación por parte de La Habana de datos relacionados con la enfermedad, pues 873 casos acaecidos el pasado año en Cuba no aparecían en los registros de la OPS. El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) acaba de publicar un informe que identifica a Cuba como posible último país latinoamericano, reservorio de la trasmisión del Zika.
Sobre este asunto la Organización Mundial de la Salud advierte en una nota oficial:
“La decisión de viajar a un país con un historial de circulación de Zika debe basarse en una evaluación de riesgo personal, realizada junto con el proveedor de atención médica del viajero, que tenga en cuenta los factores de riesgo individuales de los resultados graves por la posibilidad de una infección por Zika”.
La advertencia respecto a este virus de origen africano, extendida a la realidad nacional, debe acompañar a cada persona que se proponga estar en el archipiélago de la insalubridad llamado Cuba.
* Vicente Morín Aguado es profesor de historia y periodista en Cuba.
[Este trabajo fue preparado específicamente para el Instituto de Estudios Cubanos (CSI)]
1 thought on “Alerta sanitaria para una presencia en Cuba”
Asombroso. Buena informacion para visitantes.
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