Luego de la confiscación cubana de las refinerías de petróleo estadounidenses por negarse a procesar crudo soviético, los Estados Unidos prohibieron todas las exportaciones a Cuba, con una excepción temporal de ciertos alimentos y medicamentos, el 29 de junio de 1960. Continuaron con las restricciones a los viajes a Cuba, el 16 de enero de 1961, por parte de ciudadanos y residentes estadounidenses y posteriormente la abolición de la cuota cubana de azúcar en marzo 31. El Congreso autorizó un embargo comercial total el 4 de septiembre. A continuación, se presionó a otros países para que suspendieran el comercio y el tráfico aéreo con Cuba. Cuando el presidente Ford inició acciones para mejorar las relaciones en 1974, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Raúl Roa García, declaró en las Naciones Unidas que la normalización requeriría un levantamiento total del “bloqueo económico”. El año siguiente, los Estados Unidos suavizaron las restricciones a las exportaciones a Cuba por parte de las filiales extranjeras de las compañías estadounidenses, pero el comercio directo permaneció bloqueado. En marzo de 1977 se suspendieron las restricciones para viajar a Cuba y se permitió a los cubano-estadounidenses enviar dinero a sus familias. Sin embargo, durante algunos meses, entre 1981 y 1982, el embargo se extendió a la importación de revistas y diarios cubanos. Las restricciones a la importación y exportación de libros, películas, registros fonográficos y otros materiales informativos, desde y hacia Cuba, no se eliminaron hasta 1988. Mientras tanto, la prohibición de los viajes de turismo y de negocios se impuso nuevamente el 15 de mayo de 1982 y las visas se restringieron a fines académicos y visitas a familiares (la Corte Suprema de los Estados Unidos impugnó la legalidad de la prohibición, pero la confirmó en 1984).
La Enmienda Mack, de 1989, para volver a imponer la aplicación del embargo a las filiales extranjeras de firmas estadounidenses fue vetada por el presidente Bush, pero en 1996 el presidente Clinton firmó la más extensa Ley Helms-Burton. Una orden ejecutiva de 1995 del presidente Clinton redujo temporalmente las restricciones a los viajes a Cuba de cubanos-americanos, académicos, artistas y clérigos, pero fueron reimpuestos tras el derribo de dos aeronaves de Hermanos al Rescate en febrero siguiente. En enero de 1998, el Papa Juan Pablo II solicitó una reducción de las restricciones y en julio Estados Unidos permitió que se reanudaran los vuelos directos entre Miami y La Habana. Bajo la administración de Obama, los viajes a Cuba se liberalizaron y varias aerolíneas estadounidenses comenzaron a volar y visitar la isla.
*Jaime Suchlicki es Director del Instituto de Estudios Cubanos, CSI, un grupo de investigación sin fines de lucro en Coral Gables, FL. Es el autor de Cuba: De Colón a Castro y más allá, ahora en su quinta edición; México: de Montezuma al ascenso del PAN, 2ª edición, y de Breve Historia de Cuba.