Al amanecer del 17 de febrero de 1957, Herbert Matthews, periodista de The New York Times, se reunió con Fidel Castro en la Sierra Maestra. La reunión se llevó a cabo diez semanas después del desastre del desembarco del “Granma” (2 de diciembre de 1956). Había dudas persistentes sobre si Castro estaba vivo o muerto, y esta reunión resultó ser uno de los mayores logros de propaganda de Castro.
Matthews tenía 57 años y estaba delicado de salud, con problemas cardíacos. Llegó al lugar de la reunión el día 16, tarde en la noche, y los soldados le dieron una manta para acostarse y esperar a Castro. Al amanecer del día 17, Castro apareció vistiendo un traje verde olivo y con un rifle largo con lente telescópica. «Podemos eliminarlos a miles de metros con estas armas». Castro se jactó con Matthews poco después de saludarlo.
Matthews asistió a esta reunión con su propia tendencia marxista, y quedó fascinado de inmediato por la personalidad carismática de Castro y su maestría teatral. Matthew reportó que el alto y barbudo líder tenía una guerrilla bien armada de más de 500 hombres y mujeres y estaba en control total de la Sierra Maestra. Castro se ganó fácilmente al periodista de izquierda de The New York Times. Con el periódico más poderoso de los Estados Unidos como su medio de propaganda, Castro y sus 30 combatientes podrían llegar al mundo.
El 24 de febrero se publicó el primero de los tres artículos en la portada de The New York Times, bajo el titular: «El rebelde cubano es visitado en su escondite”. La historia principal decía: «Fidel Castro, el líder rebelde de la juventud cubana, está vivo, y luchando duro y con éxito en la robusta solidez casi impenetrable de la Sierra Maestra «.
En este histórico artículo, Matthews dijo a sus lectores que Castro era anticomunista, con fuertes ideales democráticos, luchando por elecciones libres y por la constitución cubana. Maravillado por la actuación del joven rebelde, Matthews llamó a Castro «el cubano Robin Hood».
El Ministro de Defensa de Batista negó la veracidad de la historia de Matthew. En el 28, el «Times» respondió con una foto de primera plana de Castro y Matthews.
El día de la historia, Fidel Castro apenas sobrevivía en la Sierra Maestra y solo controlaba un área pequeña. Pero Mathews rescató al líder fracasado y lo convirtió, como un relámpago atronador, en un Robin Hood invencible. De un solo golpe, el asombroso poder de The New York Times había impulsado a Castro a ser el líder principal de la revolución cubana y una figura popular en los Estados Unidos, especialmente dentro del Departamento de Estado. Este fue un magistral golpe de propaganda y un gran paso en la trágica falsificación de la ideología de Castro y su marcha hacia la consolidación de un estado totalitario.
* Pedro Roig, Esq. es Director Ejecutivo del Instituto de Estudios Cubanos. Tiene una maestría en artes de la Universidad de Miami y un doctorado en derecho de la Universidad de St. Thomas. Ha escrito varios libros, entre ellos La muerte de un sueño: Una historia de Cuba y Martí: La lucha de Cuba por la libertad. Es veterano de la Brigada 2506.