*Por Pedro Roig
Este 15 de noviembre de 2019 se conmemora el 124 aniversario del día que el general Enrique Loynaz del Castillo escribiera el Himno Invasor.
El 15 de noviembre de 1895, el entonces comandante del ejército Mambí, Enrique Loynaz del Castillo escribió las estrofas y compuso la música del Himno Invasor, en el campamento del General Antonio Maceo en la finca “La Matilde” en la zona de Najasa, provincia de Camagüey.
Enrique Loynaz del Castillo, joven de 25 años, que alcanzaría por su talento táctico y su valor temerario el grado de General del Ejercito Libertador cubano, le ofreció a la Patria las memorables estrofas y vibrante música del Himno Invasor, que es orgullo de los cubanos, y que recoge la gloriosa campaña invasora de las provincias occidentales de Cuba.
El 12 de febrero de 1943, en conferencia que ofreció en la benemérita Casa de Maternidad y Beneficencia, el propio general Loynaz del Castillo aclaró las versiones sobre el autor del Himno Invasor señalando: “Soy el autor, no solo de la letra, sino de la música”, y presentó una certificación firmada por los seis generales supervivientes que presenciaron, en el campamento del general Antonio Maceo, la creación del Himno Invasor.
En su conferencia, el general Loynaz del Castillo nos dice: “Horas y horas de solitarios ensayos fijaron en mi memoria la melodía, altiva y enardecedora. Enseguida me dirigí al General Maceo, mi compañero de cuarto y peligros en Costa Rica, y le dije: General aquí le traigo un himno de guerra…déjeme tararear.”
A medida que yo canturreaba los verso, la mirada se le iluminaba. Al terminar, con la estrofa evocadora de las trompetas de carga, puso sobre mi cabeza su mano – “Magnifico, dijo, será el Himno Invasor; si, quítele mi nombre. Y recorrerá en triunfo la Republica…”
Fue así como Loynaz del Castrillo con la colaboración del capitán Dositeo Aguilera, jefe de la pequeña banda del Ejército Invasor, hicieron el pentagrama, tarareado en sus bellas armonías por Loynaz del Castillo. Al final el capitán Aguilera formó la banda que inspiradísima y con magistral destreza, hizo vibrar en el campamento las notas del Himno Invasor, que con los años fue integrando instrumentos que le han dado el supremo realce que trazó la ruta triunfal.
“A la carga escuadrones, volemos
Que a degüello el clarín ordenó,
Los machetes furiosos, alcemos,
¡Muera el vil que a la patria ultrajo!
* Pedro Roig, Esq. es Director Ejecutivo del Instituto de Estudios Cubanos. Tiene una maestría en artes de la Universidad de Miami y un doctorado en derecho de la Universidad de St. Thomas. Ha escrito varios libros, entre ellos La muerte de un sueño: Una historia de Cuba y Martí: La lucha de Cuba por la libertad. Es veterano de la Brigada 2506.