Carlos Prío Socarrás (1903-1977). Presidente de Cuba, 1948-1952. Nacido en Bahía Honda el 14 de julio, se involucró en política a una edad temprana, participando activamente en el Directorio Estudiantil Universitario mientras estudiaba Derecho en la Universidad de La Habana en la década de 1930. Fue elegido para la convención constitucional de 1939 y para el senado en 1940. Se desempeñó como primer ministro en 1945 y como ministro de trabajo de Grau San Martín, 1947-1948. En 1948 ganó la presidencia como candidato del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico). A diferencia de sus predecesores inmediatos, él era un estadista experimentado que enfatizó que el ejecutivo y la legislatura tenían que trabajar juntos. Su administración fue fiel a la constitución de 1940, respetó las libertades civiles y logró importantes logros en la legislación social, como el retiro azucarero, el retiro harinero (pensiones para los trabajadores del sector de la azúcar y la harina) y la rebaja de alquileres (estabilización de rentas). Estableció el Banco Nacional de Cuba, extendió las principales autopistas y comenzó la construcción de la biblioteca nacional. Los acuerdos de exportación de azúcar con los Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania Occidental trajeron a la isla un auge económico. El Senado ratificó el Tratado de Asistencia Mutua y el Tratado de Asilo Político de Río de Janeiro. Pero mientras defendía los ideales democráticos, su administración fue asediada por el gangsterismo heredado de la administración Grau. No solo se negó a tomar una posición efectiva contra las pandillas, sino que muchos estaban protegidos por miembros de su propio gabinete. Él mismo estuvo involucrado en la corrupción generalizada entre los funcionarios del gobierno, que comenzó a alcanzar proporciones alarmantes. Respondió a las protestas que esto evocó con sus programas “Nuevos Rumbos”, que eliminaron a los miembros más corruptos de su gobierno, incluido su propio hermano, sin eliminar el problema. Para 1950, Eduardo Chibás y su Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) habían alcanzado una gran popularidad a través de sus ataques vocales contra la corrupción oficial. A pesar de los logros de Prío, el cinismo sobre la política se generalizó. Convertirse en político era ingresar a una élite, una nueva clase por encima de los intereses de la gente. Las figuras políticas en general, y el presidente específicamente, fueron objeto de burla popular. La crítica de Chibás ayudó a socavar no solo la autoridad del gobierno, sino la estabilidad de las instituciones políticas ya frágiles de Cuba.
A medida que se acercaban las elecciones presidenciales de 1952, parecía probable una victoria del Partido Ortodoxo. Pero en 1951 Chibás se suicidó, produciendo un vacío en el liderazgo Ortodoxo. Batista aprovechó la oportunidad para organizar su propio golpe de estado incruento, el 10 de marzo de 1952. Prío buscó asilo en la embajada mexicana y se mudó de México a Miami en 1953. Allí trabajó activamente contra el nuevo régimen y fue arrestado por violar el Acta de la neutralidad estadounidense de 1939. En agosto de 1955 regresó a Cuba bajo los términos de la amnistía general de Batista. Sus actividades posteriores incluyeron el apoyo a Fidel Castro, y en mayo de 1956, ante un cargo de conspiración contra el régimen, tuvo que regresar a Miami. Allí fue fundamental para organizar un consejo de liberación nacional, que incluía representantes de todos los grupos de oposición no comunistas, la mayoría de los cuales financiaba. Fue encarcelado brevemente por planear el envío de armas a los rebeldes en Cuba. Luego, en julio de 1958, participó junto con Castro en la formación de una “Junta de Unidad” contra el gobierno de Batista. Cuando triunfó la Revolución de 1959, regresó a Cuba y expresó su apoyo al nuevo régimen. Eventualmente, sin embargo, se desilusionó y volvió a vivir en Miami, hasta su eventual suicidio en 1977.
*Jaime Suchlicki es Director del Instituto de Estudios Cubanos, CSI, un grupo de investigación sin fines de lucro en Coral Gables, FL. Es el autor de Cuba: De Colón a Castro y más allá, ahora en su quinta edición; México: de Montezuma al ascenso del PAN, 2ª edición, y de Breve Historia de Cuba.