José Martí fue el héroe más grande de Cuba y su escritor más influyente. Revolucionario, poeta, periodista y principal organizador de la Guerra de Independencia de 1895-1898, fue el apóstol de la independencia de Cuba. Nació en La Habana, el 28 de enero, de padre valenciano y madre “isleña”. Fue un estudiante entusiasta y su entorno y sus profesores despertaron en él una devoción por la causa de la libertad. Se inscribió en el Instituto de Segunda Enseñanza, pero pronto fue arrestado por razones políticas. Después de cumplir varios meses de trabajos forzados, fue deportado a España en enero de 1874.
Para entonces ya estaba recibiendo reconocimiento como escritor. A la edad de 15 años había compuesto varios poemas, y a los 16 publicó un periódico, La Patria libre, y escribió un dramático poema, Abdala. En España reanudó sus estudios y publicó un ensayo en el que denunciaba la opresión española y las condiciones en las cárceles cubanas, El Presidio político en Cuba.
En 1874 se licenció en Filosofía y Derecho por la Universidad de Zaragoza. Después de viajar por Europa, trabajó como periodista en México, entre 1875 y 1877, realizó una breve visita a Cuba y se estableció en Guatemala, enseñando literatura y filosofía. Allí se casó con Carmen Zayas Bazán, hija de otro exiliado cubano y poco después publicó su primer libro, Guatemala. Descontento con la vida bajo el presidente liberal pero autocrático de Guatemala, Barrios, regresó a Cuba en diciembre de 1878, esperando que la Paz de Zanjón hubiera mejorado las condiciones allí. Sin embargo, las autoridades pronto descubrieron sus actividades revolucionarias y nuevamente lo deportaron a España. Escapó a Francia y luego se mudó a Estados Unidos y Venezuela.
Finalmente, en 1881 hizo de Nueva York su hogar, aunque continuó viajando por América Latina y escribiendo sobre sus problemas. Escribiendo una columna regular para La Opinión nacional de Caracas y La Nación de Buenos Aires, ganó reconocimiento en toda Hispanoamérica. No solo sus artículos, sino también su poesía y su prosa, precursores del modernismo, se hicieron populares. Su poesía la reservó principalmente para la expresión de sus pensamientos más íntimos, sus amores y su creciente preocupación por la muerte. En 1882, sus poemas más significativos expresaron sus tiernos sentimientos hacia su hijo y su patria, expresados en métricas regulares pero en un estilo que presagiaba el modernismo. Estos poemas aparecieron en la colección Ismaelillo, llamada así por su hijo. Sus poemas más conocidos son los Versos sencillos (escritos casi al mismo tiempo pero solo publicados póstumamente), que enfatizan temas como la amistad, la sinceridad, el amor, la justicia y la libertad. También ganó los corazones de muchos jóvenes latinoamericanos con su Edad de Oro, una revista especialmente dedicada a los niños. Su mayor aporte a las letras hispanoamericanas fueron sus ensayos. Escritos en un estilo altamente personal, la modernización del lenguaje que los caracterizó marcó el inicio de la nueva prosa hispanoamericana.
Martí se dio cuenta muy pronto que la independencia de España era la única solución para Cuba, y que esto solo podía lograrse a través de una victoria militar obtenida tan rápidamente como para impedir la intervención de Estados Unidos. Su temor a una dictadura militar después de la independencia lo llevó a su ruptura en 1884 con los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo. Su retiro terminó en 1887 y los tres hombres volvieron a trabajar juntos, con Martí asumiendo el liderazgo político. En 1892 formó el Partido Revolucionario Cubano en Nueva York y dirigió sus esfuerzos hacia la preparación de una guerra contra España. Lo que distinguió a Martí fue su capacidad para organizar y armonizar: su oratoria inspiró a sus oyentes que admiraban su fe y sinceridad, y su convicción en las ideas que estaba persiguiendo le ganó respeto y lealtad. Sus escritos no eran meros ejercicios retóricos, sino enseñanzas morales destinadas a hacer un mejor ser humano. Su importancia trascendió a Cuba. Al igual que Simón Bolívar, pensó en términos de un continente y defendió la unidad de América Latina. Cuando en 1895 dio la orden de reanudar las hostilidades, sintió que no podía quedarse atrás en Nueva York y aterrizó en Cuba para liderar la campaña. Poco después, el 19 de mayo, fue asesinado en una batalla en Dos Ríos.
* Jaime Suchlicki es Director del Instituto de Estudios Cubanos, CSI, un grupo de investigación sin fines de lucro en Coral Gables, FL. Es el autor de Cuba: De Colón a Castro y más allá, ahora en su quinta edición; México: de Montezuma al ascenso del PAN, 2ª edición, y de la recientemente publicada Breve Historia de Cuba.