El secuestro de aeronaves, primer secuestro político en la historia de Cuba, fue el 21 de octubre de 1958, por miembros del ejército rebelde de Raúl Castro quienes, haciéndose pasar por pasajeros en una aerolínea de Cubana “Viscount”, secuestraron un vuelo de Varadero. Los secuestradores estaban entre los 17, de los 20 a bordo, que fueron asesinados cuando la nave se estrelló al intentar aterrizar en la provincia de Oriente. El 1 de enero de 1959, los partidarios de Batista que huían de la Revolución organizaron su propio secuestro de un avión Cubana a Nueva York. A partir de entonces, Estados Unidos brindó asilo a cualquiera que secuestrara un avión desde Cuba. No serían juzgados ni repatriados incluso si los pasajeros o la tripulación aérea fueran heridos o asesinados, y el avión no sería devuelto, ya que los tribunales estadounidenses permitieron a las empresas confiscar tales aviones por cualquier deuda pendiente de Cuba. Para julio de 1961, habían habido 12 casos de este tipo.
La primera instancia de un avión estadounidense secuestrado a Cuba durante el período de Castro ocurrió el 1 de mayo de 1961, en un vuelo de Maratón a Key West. ¡El secuestrador cubano mencionó su nombre como El pirata Cofrisi! Siguieron otros cuatro casos y luego, el 24 de julio de 1961, Wilfredo Román Oquendo secuestró un avión de Eastern Airlines a Cuba con 38 pasajeros y tripulantes a bordo. Fidel Castro se negó a devolver el avión (valorado en US $ 3,000,000), pero sugirió que lo cambiaría por 24 cubanos en manos de Estados Unidos. Estados Unidos rechazó su oferta y, a mediados de agosto, el avión fue devuelto a cambio de un cañonero cubano capturado. El presidente Kennedy le pidió al Congreso que introdujera una legislación contra el secuestro.
El primer secuestro criminal de un avión estadounidense tuvo lugar el 3 de agosto de 1961. Los secuestradores armados, uno de los cuales tenía antecedentes penales de 20 años y estaba en libertad condicional por robo a mano armada, incautaron un Continental Boeing 707 que volaba desde Phoenix, AZ, y exigió que volara a Cuba. El presidente Kennedy, creyendo que eran agentes cubanos, ordenó que se impidiera la salida del avión después de una parada de combustible en El Paso, Texas. La Patrulla Fronteriza disparó contra los neumáticos y arrestó a los secuestradores.
De 159 aviones estadounidenses secuestrados entre el 1 de mayo de 1961 y el 31 de diciembre de 1972, 85 volaron a Cuba. Los secuestradores eran de cuatro tipos: disidentes políticos, criminales, agentes emocionalmente perturbados y cubanos. Entre 1968 y 1971, unos 121 aviones en todo el mundo fueron secuestrados a la isla. Solo en 1968, 13 aviones estadounidenses fueron secuestrados a Cuba. Colombia tenía 3 aviones secuestrados allí, y Venezuela y México 2 cada uno.
En un intento por detener los secuestros, el Departamento de Estado de EE. UU. anunció que permitiría el regreso de los exiliados, pero Castro se negó. El Director de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, Nut Hammarskjöld, fue a La Habana el 18 de enero de 1969 para mantener conversaciones que dieron como resultado un acuerdo contra el secuestro entre Cuba y Estados Unidos. Mientras tanto, los secuestros continuaron en un promedio de uno por semana entre enero y marzo de 1969. Luego, en septiembre, Cuba anunció que los secuestradores ya no eran bienvenidos y que el gobierno cubano estaba dispuesto a discutir la extradición. En la Convención de La Haya del 16 de diciembre de 1970, una medida que pedía el fin de los secuestros fue aprobada por una votación de 74 a cero, con la abstención de Cuba y Argelia.
El 15 de febrero de 1973, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, William Rogers, anunció un acuerdo de cinco años entre Cuba y los Estados Unidos sobre el secuestro de aviones y barcos. Los secuestradores recibirían un severo castigo de los tribunales. Cuba firmó un acuerdo similar con México en 1973 y con Colombia en 1974. Aunque los secuestros de aviones desde entonces se han convertido en un hecho inusual, un avión cubano fue volado en el aire en octubre de 1976.
*Jaime Suchlicki es Director del Instituto de Estudios Cubanos, CSI, un grupo de investigación sin fines de lucro en Coral Gables, FL. Es el autor de Cuba: De Colón a Castro y más allá, ahora en su quinta edición; México: de Montezuma al ascenso del PAN, 2ª edición, y de Breve Historia de Cuba.