* Yoe Suárez
“Ninguna ley injusta debe tener el honor de cumplimentarse” (1), así comenzó Oscar Elías Biscet Lawton Libre (2), su serie de podcasts en Radio Martí, el 20 de octubre de 2018, cuando Cuba recordaba 150 años del incendio de Bayamo por los mambises, resueltos a entregarle cenizas al ejército español antes que rendir en pie la ciudad.
“En Cuba existe una dictadura totalitaria con una ley suprema que defiende, por encima de todos los intereses, un grupo: el Partido Comunista”, expresó en otro momento del podcast, que habitualmente dura unos 25 minutos.
El trabajo por los derechos humanos del Biscet ha transitado de la protesta pública al liderazgo de opinión a través del periodismo, durante una larga carrera de resistencia por la reinstauración de la República. Esa carrera se inició cuando aún el Muro de Berlín no había caído, y el castrismo era generosamente sostenido en el plano militar, económico y político por el eje Socialista mundial.
En ese momento, con menor acceso a información que en el siglo XXI cubano, la alianza propagandístico-represiva, unida a la condición geográfica de isla, era aún más meritorio y difícil salir de la matrix marxista. A Biscet, como a muchos otros opositores al totalitarismo, lo salvó su fe bautista.
“La figura más importante de la oposición cubana”
La fe, como sistema de valores y principios, que generan conductas y una cosmovisión particular, llevó al doctor a pronunciarse públicamente por el Derecho a la Vida, opuesto diametralmente a la visión secularista, que entiende al individuo como accidente cósmico, y no como hechura, poesía, de Dios.
Biscet había denunciado la falta de pagos en el sector de la salud desde la década de 1980.
Su vía crucis lo convirtió en un símbolo para la lucha pacífica contra el totalitarismo, candidato al Nobel de la Paz y merecedor de la Medalla Presidencial de la Libertad 2007, de Estados Unidos.
Biscet, nacido en 1961, recibió a los 25 años su título de Médico General, y en 1997 creó la Fundación Lawton. “Queremos dar a conocer a Cuba que aquí hay una oposición que está dispuesta a ir a conquistar los derechos humanos del pueblo cubano” (3), dijo, de pie, en una rueda de prensa para presentar la organización no gubernamental.
A nombre de esa plataforma, Biscet lideró varias acciones públicas en defensa del principal derecho humano: el derecho a la Vida. Todo en un país que persigue la libertad de asociación y de expresión.
Su esposa, Elsa Morejón, recuerda las consecuencias. “Oscar daba clases de desobediencia civil en una casa en Arroyo Naranjo, la asistencia era cada más grande -contó, un día lo esperaron a que saliera de ahí y le dieron un golpe en la cara y le partieron un diente y la boca y Oscar cruzó los brazos detrás de su cuerpo y gritó “¡Qué vivan los Derechos Humanos!”, la policía política lo estaba filmando desde una casa frente a el suceso, el agresor un supuesto activista de derechos humanos, que emigró hace años” (4).
Biscet, lejos del nihilismo, entiende que no hay premio sin precio, y que la batalla está en el corazón de los individuos que combate el mal toalitario. Lo sintetizaba así desde la década de 1990, cuando llamaba a “tener la entereza de sufrir y dar amor” (5). En un ambiente adverso no es sencillo.
El régimen también empleó la vieja táctica intimidatoria de los actos de repudio. Organizó turbas vecinales que se apostaron frente a los lugares donde Biscet se reunía, o frente a su propio hogar, y desde allí amenazaban y gritaban improperios a los presentes. Uno de los clips de esas agresiones se ha hecho popular entre la oposición cubana, porque revela la naturaleza del Estado cubano. Un hombre de civil, maduro y de bigote, gritaba ante la cámara que lo filmaba: “Yo me cago en la madre de todos los derechos humanos esos”, y otros los secundaban “¡Abajo los Derechos Humanos”, “¡Viva la Revolución!”, “¡Esta calle es de Fidel!”.
A pesar de todo, Biscet seguía la filosofía de la lucha no violenta, y al ejemplificarla no dudaba en tomar historias bíblicas. Moisés 30 siglos atrás, “se paró frente al Faraón sin un arma, junto a su hermano, y le dijo que debía darle la libertad a su pueblo” (6) .
Desde la Fundación Lawton Biscet realizó un estudio clandestino de diez meses sobre técnicas abortivas en la isla, para ese entonces, la nación del hemisferio occidental con mayor cantidad de abortos. Allí confirmó que los abortos con el uso del Rivanol, eran completados en ocasiones con la falta de asistencia a bebés vivos.
“Al ver esos asesinatos, dije tengo que hacerlo [denunciar], no puedo ser cómplice de ellos [el castrismo]´”(7) , contó el doctor en una entrevista.
A manera de informe académico envió esas denuncias al régimen, junto a una carta a Fidel Castro. Acabó despedido en 1998 del sistema hospitalario, desalojados él, su esposa, y su hijo, de la vivienda donde vivían.
En el Hospital Hijas de Galicia lo agredieron físicamente militantes del Partido Comunista y la directora de la institución cuando Oscar fue con carteles que decían “No al aborto”. Su esposa recuerda que el doctor se paró a una distancia permitida en la ley, y solo porque salió en su defensa “un bulto de mujeres de alrededores que lo conocían del Hospital gritando ´abusadores´, dejaron de patearlo y darle por la cabeza”.
Después de eso no vino amilanamiento, sino que Biscet lideró el ayuno político más conocido del siglo XX cubano: Tamarindo 34(8) . Es posible alinear aquel ayuno con un espíritu cristiano: las paredes de la casa se llenaron de referencias bíblicas, como el verso “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros! Porque así hacían sus padres a los falsos profetas” (9). Una foto de otro bautista y defensor de las libertades civiles, el reverendo Martin Luther King, colgaba de una pared.
El mismo nombre oficial del ayuno era semánticamente muy evangélico: Desatando las ligaduras de la impiedad. Denotaba una fuerte carga de lo que se conoce en el mundo cristiano como guerra espiritual. Así mismo, la cantidad de días programada para la celebración del ayuno, 40, admitía dos lecturas. De un lado, los 40 años de tiranía marxista en el país, que se habían cumplido en enero de 1999. De otro, en la cristiandad el número 40 tiene connotaciones particulares.
Es el tiempo de la prueba, el necesario para acercarse a Dios, regresar del rumbo torcido y pedir misericordia. 40 años pasaron antes de que el pueblo hebreo entrara a la Tierra Prometida, 40 días Jesús anduvo en el desierto. 40 días y noches cayó el diluvio, y ese mismo período Goliat desafió al ejército israelita antes de que David lo derribara.
El lunes, 7 de junio de 1999 fue el primero de los 40 días del Ayuno de Tamariando 34, por la libertad de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos. Entre sus promotores, además de Biscet, estuvieron Rolando Muñoz, Aída Valdés Santana, William Herrera Díaz (Liga Cívica Martiana), y Marcos Torres León y Juan Gregorich (Partido Democrático 30 de Noviembre). Desde aquel rincón de Luyanó escribieron durante el primer mes decenas de cartas a políticos y personalidades de todo el mundo, incluidos el dictador Fidel Castro, y al Papa Juan Pablo II.
La demostración pacífica, que comenzó con un programa de lectura y entonación de Salmos, en los días siguientes vio réplicas en Matanzas, Villa Clara, Granma, entre otras provincias. Hubo detenciones, expulsiones laborales y acoso a ayunantes.
En las declaraciones a la prensa de la época se manifiesta el espíritu cristiano del ayuno, cuya sede visitaron diplomáticos extranjeros, como de Japón y Estados Unidos, y al que se unieron en la distancia cubanos como Zoé Valdés, desde París.
La amplia cobertura desde medios independientes cubanos reportó entonces que “pasados los primeros 30 días los ayunantes recibieron la visita de más de un millar de disidentes y activistas cubanos, entre quienes repartieron 800 copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos” (10).
Tras esa acción, que causó varias réplicas, Biscet fue encarcelado desde noviembre de 1999 hasta 2002, bajo acusaciones de “ultraje a los símbolos patrios” y “desorden público”. Estuvo en confinamiento solitario, en una cárcel bajo tierra, en una celda húmeda y oscura, conocida como “tapiada”.
En una entrevista con Diario Las Américas, contó que su causa fue de conciencia porque apoyó el derecho a la Vida y se opuso a la pena de muerte, sin embargo, “ellos me condenaron por incitación a delinquir y escándalo público. Por manifestar mis derechos en la calle me golpearon, en una ocasión me fracturaron un pie, en otra me quemaron con un cigarro en un cuartel de policía. En un régimen tiránico un opositor puede perder hasta la vida y eso no es lo peor, porque uno puede quedar vivo y con lesiones traumáticas” (11).
La resiliencia de Biscet es impresionante.
En el diálogo con el periodista también recordó cómo Fidel Castro lo calificó de enfermo mental porque protestaba en favor de la Vida. “Hizo tanta presión para que me volviera un enfermo mental que en la cárcel me aplicaron todo tipo de torturas para desacreditar mi personalidad. Gracias a Dios pude resistir y hoy estoy aquí con ustedes saludable, dispuesto para regresar a mi país y seguir nuestra lucha para alcanzar la democracia y la libertad”.
Una de las torturas que le aplicaron fue hacerle pensar que podía morir en cualquier momento. Lo dejaban en una misma celda junto con asesinos que recién habían cometido un crimen, en otras ocasiones junto a enfermos mentales a los que dejaron de darles medicamentos durante días. Dice Biscet que sus conocimientos en Medicina le sirvieron para poder ayudar a esas mismas personas.
Al conocer su trayectoria en la cárcel, algunas de las personas que purgaban penas por delitos comunes terminaron ofreciéndole apoyo. En una prisión de Pinar de Río varios presos impidieron que otro grupo, instigado por la Policía Política, le diera una golpiza.
“El prestigio que gané en la cárcel lo obtuve porque siempre estuve en resistencia y desobediencia civil, desde el primer día que entré hasta que salí, nunca me dejé poner la ropa de preso, me la ponían a la fuerza y yo me la quitaba, tampoco nunca me levanté para el conteo de los presos en forma de protesta”, comentó el opositor en la entrevista.
Cumplida la sentencia, un mes luego fue arrestado y sometido a otro juicio como parte de la Causa de los 75. La condena fue de 25 años(12).
Factualmente, Biscet pasó más de once años en cárceles de La Habana, Pinar del Río y Holguín, buena parte de aquellos momentos bajo torturas. Todo ese tiempo el régimen nunca permitió que le llegara asistencia religiosa (13).
Al doctor se le prohibió la exposición al sol durante meses. Lo encerraban en una misma celda con enfermos mentales, a los que privaban de la medicación debida, para que lo agredieran.
“Este dolor me ha enseñado que los seres humanos podemos ser mejores”, ha declarado Biscet. “Sufrir por una causa justa hace que el mundo sea mejor”(14) . Esta filosofía, antitética con el tan extendido hedonismo posmoderno, remite a la idea del sufrimiento como parte infranqueable de vivir en rectitud. Pero La Biblia llama al júbilo: “así como la calidad del oro se pone a prueba con el fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro, pues el oro se puede destruir”(15).
El ejercicio de la virtud es un reto ante la corrupción moral de un Estado que totaliza la vida ciudadana. Y esa entereza destaca como un canario en la mina de carbón. Durante el encierro, la correspondencia solidaria, solo desde Gran Bretaña, hacía llegar entre 10 y 15 cartas diarias a la casa de Elsa, en La Habana. Postales con la palabra “Hope”, párrafos de aliento, oraciones de niños. La mayoría llegaban abiertas por la mano de la policía política.
“A pesar del dolor, vemos a diario las bendiciones de Dios. El evangelio de nuestro Señor Jesucristo está entrando a la celda de mi marido”, dice Elsa antes de romper a llorar frente a la cámara del documentalista norteamericano Jordan Allott (16), en 2010.
Un poema escrito en la cárcel, y enviado en un trozo de papel rayado a su esposa, Biscet lamentaba: “Acabó la felicidad/Todos la quieren, pocos la buscan/Aún solo te encontraré, ¡oh, Libertad!”
Sin embargo, la de Biscet no fue una causa huérfana. Cuando fue encarcelado, la comunidad cubana en Estados Unidos se movilizó. En Washington, D.C. jóvenes entregaban a los paseantes postales y globos con el nombre del disidente cubano, con el fin de explicar su caso. Entregaban dos tarjetas: una para dirigirla a Fidel Castro, y otra para el entonces presidente Barack Obama, abogando porque cualquier paso de diálogo incluyera la liberación del Biscet y otros presos políticos, y porque La Habana permitiera a la Cruz Roja entrar a las cárceles.
En Europa, en 2007, la flamante Federación Española de Asociaciones Cubanas nombró presidente honorífico a Biscet (17).
El poeta y diplomático Armando Valladares dijo, sobre 2010, que había “gran admiración en toda la isla por Oscar Elías Biscet. Por esa razón lo han tenido que meter en la cárcel, lo incomunican, lo hostigan, lo torturan. Pueden hasta matarlo. La dictadura tiene miedo de Oscar Elías Biscet en la calle. Saben que hay mucha gente en Cuba que está, cada día más, perdiéndole el miedo a la dictadura” (18) .
Y sentenció: “Es la figura más importante, en los últimos años, de la oposición en Cuba”(19) .
El 11 de febrero de 2011, miembros de los parlamentos europeo y canadiense, de la Cámara de los Lores británica, el Congreso de los Estados Unidos y el gobierno de Hungría, nominaron a Biscet al Premio Nobel de la Paz. Un mes después fue liberado.
Amén de las gestiones entre la Iglesia Católica y el régimen castrista para que salieran del país los excarcelados del grupo de los 75, Biscet decidió permanecer en La Habana.
Al salir de la cárcel fue invitado desde un hospital de Miami para hacerse un riguroso control de la salud, pero la dictadura le prohibió volar.
Después de la cárcel
En 2013 Biscet publicó un Documento para la transición democrática en Cuba, que contó con las adhesiones de nueve organizaciones(20) . El Proyecto Emilia, como terminó conociéndose, fue bautizado así en memoria de Emilia Teurbe Tolón, primera cubana desterrada por motivos políticos, y designada en 1950 por el Congreso de la República como la “Encarnación de la Mujer de Cuba”.
El texto reclama un ordenamiento jurídico para restablecer la soberanía al pueblo, garantía de los derechos humanos básicos, elecciones libres y transparentes, igualdad ante la ley, equilibrio de poderes independientes y pluralismo, entre otros conceptos claves para la promoción de la democracia en Cuba(21) .
En una primera etapa, de tres a cuatro meses, el documento debía ser distribuido entre la población y los disidentes. Entre los primeros que apoyaron el proyecto estuvieron el también bautista Jorge Luis García Pérez (Antúnez) y el Movimiento Pastores por el Cambio, explicó entonces Biscet (22).
La segunda etapa, implicaría una recogida de firmas en favor de los postulados del Proyecto.
Ante la pregunta de por qué el documento se entregaría solo ante organismos internacionales, Biscet contestó que los nacionales son ilegales. “Si estamos diciendo que la Constitución es ilegal, que la Asamblea Nacional del Poder Popular con sus órganos del poder del Estado son ilegales, entonces, ¿qué vamos a hacer nosotros con entregarles a ellos esas firmas? Preferimos entregárselas a los organismos internacionales, para que conozcan que el pueblo apoyó esta idea”.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Corte Penal de Justicia y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, eran algunas de las instituciones donde llevarían las firmas.
Biscet refería el posible movimiento generado como “un desafío político masivo no violento frente a las organizaciones nacionales para exigir el cambio en Cuba hacia la democracia y la libertad”.
A la vez, reconocía que el trabajo sería de los cubanos. “Nos gustaría la solidaridad internacional, pero el objetivo fundamental es que despierte en el pueblo cubano la semilla de libertad que existe en todos los seres humanos”, explicó.
Algo, para el doctor y opositor, diferenciaba al Proyecto Emilia de otros en el pasado reciente de la oposición en Cuba. Era el primero que catalogaba a la Constitución y a la Asamblea Nacional del Poder Popular como ilegales “por no reconocer la libertad y la soberanía del pueblo”, y la otra era el método para conseguir los objetivos: la desobediencia civil no violenta.
Estos eran dos pilares del documento en contraste, insistía Biscet, con la mayoría de los otros proyectos, que “legalizan al régimen para obtener sus objetivos”. Y concluía: “Este no. Este le quita legitimidad y propone una vía de cambio contractual”.
Biscet reconocía que antes no se había sumado a ningún otro proyecto porque no exigían la renuncia de la cúpula. Si ese fuera el caso, dijo, todo el que quiere “un cambio total del gobierno, puede tener mi firma”.
La frontalidad del doctor, probada en sus acciones e ideas, tiene un sustento moral. Con la mentira y el robo no habría diálogo posible. La política es, en definitiva, la administración humana de la moral. Y en la misma medida que la virtud está imantada hacia la libertad, la perversión lo hace rumbo a la cautividad. Esa brújula moral propone una paradoja: pone a ambas posiciones en caminos opuestos, pero los enfrenta.
“Con el Proyecto Emilia, citó para un parque de El Vedado a dar una conferencia, no dejaron llegar a nadie y Oscar se quedó parado bajo el sol dos horas solo como protesta, la policía trató de ridiculizarlo diciendo que no tenía seguidores”, relató la esposa de Biscet, Elsa Morejón.
Ella cree que el castrismo, “según odia a Dios así odia a Oscar por invocar el nombre de Dios en el Proyecto Emilia y en sus ideas”. Y lamenta: “En Cuba no hay oposición desde el conservadurismo” (23).
Fue en la derecha disidente que se alzaron las principales voces contra la apertura del gobierno de Barack Obama para con el régimen de Raúl Castro, a partir de 2014. Las Damas de Blanco, Guillermo “Coco” Fariñas y Estado de Sats contaron entre las pocas organizaciones que denunciaron el deshielo como oxigenador para con una dictadura que no mostraba intenciones de avanzar en el respeto a los Derechos Humanos.
Dos años después de su liberación, cuando la farsa de cambios en Cuba con el Estado eliminando la tristemente célebre Carta Blanca(24) en la Reforma Migratoria para llamar la atención de la Casa Blanca, Biscet no caía en la trampa: “Ellos tienen todavía el control de quién puede salir o no del país. Ellos son los que determinan quién sale”.
El doctor avizoraba lo que sería la lista negra de los “regulados”. Cubanos a los que el Socialismo les prohíbe viajar fuera del país por motivos políticos. Se sabe cuando entras a la lista, pero nunca cuándo tu nombre la deja.
Tras el fracasado proceso de deshielo Biscet puso mayor énfasis en su trabajo con los medios, analizando desde la opinión la realidad cubana. Sin embargo, en ese camino no ha sido menos asediado. En febrero de 2020 la Policía cubana lo arrestó y trasladó a “un lugar no revelado”. Cuatro patrullas policiales y dos motocicletas cercaron la casa de Biscet “con varios matones del régimen”, denunció entonces en su cuenta de Twitter el empresario cubanoamericano Marcell Felipe, quien además alertó del allanamiento y registro matutino de la vivienda del opositor (25).
En la misma red social la activista Martha Beatriz Roque informó, pasadas las cuatro de la tarde, que Biscet había sido liberado, después de recibir una multa de 500 CUP (unos 44 dólares al cambio en aquel momento) por el supuesto delito de “receptación”, y “robarle todos los objetos y artículos de su casa vinculados a Internet, incluyendo los teléfonos celulares de él y la esposa”(26) .
Como en 2014 con Obama, en mayo de 2022 Biscet volvió a rechazar las medidas anunciadas por el gobierno del demócrata Joe Biden para flexibilizar la política de mano dura de su predecesor Donald Trump hacia la tiranía marxista cubana.
En esa ocasión el doctor aseguró a través de un artículo publicado en The Washington Post (27) que la disidencia cubana vivía la peor persecución en décadas. “Lejos de dejar atrás la crueldad de los hermanos Castro, el señor Díaz-Canel está retornando a ella”, afirmó en un contexto donde más de mil presos políticos llenaban el sistema penitenciario socialista.
“La asunción complaciente de la prensa y la comunidad internacional es que se trata de una figura más benigna que sus predecesores. Los hechos brutales en el terreno en Cuba cuentan una historia diferente”, escribió Biscet, quien cree que para que la democracia “tenga alguna oportunidad en Cuba” la Casa Blanca deberá “hacer más que privar de visas a un puñado de funcionarios cubanos, y la prensa internacional tendrá que mostrar incesantemente las fechorías del señor Díaz-Canel”.
Como pasos positivos a dar por la Administración Biden ejemplificó la expansión de Internet y recordó cómo el régimen restringió su uso durante y después de las grandes protestas en los últimos años, para impedir el libre flujo de información, sin el cual es imposible que Cuba recobre la democracia.
Las preguntas de Biscet en el artículo eran duras: “¿El presidente Biden hablará del señor Díaz-Canel con la misma dureza con que habla del presidente ruso Vladimir Putin?”, “¿por qué al presidente Biden le preocupa el destino de los cubanos menos que el de los ucranianos?”, “¿por qué el señor Biden no llama a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional a boicotear y sancionar al señor Díaz-Canel con la misma severidad que al señor Putin?”.
Hacia el final del artículo fue tajante: “No es momento de ‘normalización’ como algunos aconsejan al señor Biden, sino un momento que pide a gritos una defensa robusta de los derechos democráticos del pueblo cubano”.
En otro espacio para sus artículos, la habitual columna de Diario Las Américas, Biscet comentaba, en junio de 2022, que “la inmerecida buena voluntad de la administración estadounidense, con la flexibilización y acercamiento a la dictadura” era “un fracaso heredado de la administración de Obama”(28) . Y para probarlo, refería que todas las conclusiones sobre Cuba en la Sección 2 de la Ley Libertad o Helms-Burton están vigentes y en incremento por el régimen continuista de Miguel Díaz-Canel.
Por ejemplo, la dictadura Socialista continuaba refugiando a prófugos de la justicia norteamericana, y en los últimos años el tráfico de drogas del Caribe hacia Estados Unidos se incrementó. “La actual jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson (2021) y el almirante Craig Faller, 2018-2021, en audiencias en Comités del Congreso estadounidense hablaron de la complicidad de Cuba en asociaciones ilícitas por organizaciones criminales trasnacionales contra los EE. UU., que el almirante Faller describió como tráfico de drogas” (29) , recordó el doctor.
Hacia el final del artículo, lamentó que el pueblo cubano merece una ayuda decisiva para que pueda poner fin a la tiranía que lo ha oprimido por décadas, “y seguir demorando esa ayuda constituye una conducta éticamente impropia de la comunidad internacional”.
En lo referente a la vida nacional, Biscet se ha mantenido informando al mundo. Biscet aplaudió el rechazo al Código de las Familias castristas, que transfería aún más la potestad de los hijos al Estado y torcía instituciones preestatales como la Familia y el Matrimonio. El opositor escribió:
Nunca antes en la historia de régimen castrosocialista (1959) se había visto en acción el poder del pueblo a través de la desobediencia civil, manifiesta en el desafío político para negarle la autoridad moral a la tiranía con la ilegitimidad, al ausentarse de protesta al referendo, más 2 millones de cubanos, dentro de la Isla y bajo la amenaza vigente de la orden de combarte del régimen, no se prestaron al juego hipócrita de la falsa democracia impulsada por el Partido Comunista de Cuba (PCC), sus cabecillas y secuaces.
Esa, la mayor victoria política del pueblo cubano frente al régimen bajo la Era Socialista (30) , contó con el liderazgo de la comunidad evangélica (31), a la que pertenecen Biscet y su esposa. La campaña por el No contó con el apoyo de gran parte de la sociedad civil, pero no con el respaldo de la mayoría de la prensa independiente y de las organizaciones opositoras, desde donde hubo una tendencia por el Sí o el silencio (32).
El referendo convocado por la dictadura sobre el Código de las Familias marcó dos claros records. Por primera vez el rechazo (la suma del Yo Voto No y el Yo No Voto) a una política del Partido Comunista superó la mitad del padrón electoral.
Y segundo, la abstención de un 26% fue histórica en “procesos electorales” en Cuba. Ni siquiera logró esos números la campaña contra las “elecciones” parlamentarias de marzo de 2023, para la que se movilizaron los medios independientes y organizaciones opositoras en pleno.
En el artículo, Biscet se preguntaba por qué Díaz-Canel y sus partidarios insistieron en realizar un referendo en pleno colapso de su régimen y del país, y exponía su parecer:
La única realidad posible es congraciarse y ganar el favor y la manutención financiera de los globalistas de la administración estadounidense e internacional.
La ideología de género al imponerla oficialmente en el país es una movida efectiva para el convencimiento de esos poderos globalistas norteños y del mundo. Logró el reconocimiento de la administración de Biden a través de su embajada en Cuba.
No obstante, Biscet decía respirar brisas de libertad desde la isla-cárcel, “por la dignidad y gran valor heroico de los cubanos que no asistieron a la farsa del referendo y se manifestaron en la rebelión de las urnas vacías contra un régimen decadente; pero que conserva y usa el poderoso terror de estado de una tiranía totalitaria”.
La felicidad del autor fue doble aquel 25 de septiembre de 2022. Del otro lado del Atlántico, la periodista Giorgia Meloni se convertía en la primera mujer en la historia de Italia ocupando el cargo de Primer Ministro. Para Biscet, el lema “Dios, Familia y Patria”, usado en la campaña de Meloni, dejaba ver “hermosos y justos conceptos, respaldados por muchos cubanos para la fundación de una Cuba libre”.
El trabajo periodístico de Biscet ha sido tan intenso como su labor de activista, y no menos reconocido. En diciembre de 2022 mereció el Premio David Burke a la Excelencia Periodística(33) , otorgado por la Agencia de los Estados Unidos para Medios Globales (USAGM por sus siglas en inglés).
En un video compartido en la cuenta de Twitter de esa entidad, el cubano agradeció a la agencia por resaltar su trabajo “a favor de la libertad de expresión y los derechos humanos de mi pueblo”. Biscet dedicó el premio a todos los luchadores por una isla libre del yugo Socialista, en especial, “a los mártires fusilados y los manifestantes del 11J”.
Esa línea traza una genealogía que conecta a los que murieron baleados gritando “¡Viva Cristo Rey!”, décadas atrás, y a los que fueron reprimidos clamando “¡Libertad!”, en el siglo XXI. Una sucesión de nombres, alma y carne interconectada por la desesperanza marxista y el legado de los bravos en igual medida.
- Cuba- ONU: Verdadera naturaleza el régimen”, Lawton Libre, Estados Unidos, 20 de octubre 2018. https://www.radiotelevisionmarti.com/a/215744.html (consultado el 21 de abril de 2023)
- https://www.radiotelevisionmarti.com/z/401?withmediaplayer=1
- Jordan ALLOTT, “Oscar´s Cuba” (documental), In Altum Productions, 2010
- En entrevista con el autor.
- Jordan ALLOTT, “Oscar´s Cuba” (documental), In Altum Productions, 2010.
- Ídem.
- Testimonio del Dr. Oscar Elías Biscet, Actual .23 May 2016. https://www.youtube.com/watch?v=D8T_OtWKdV0&feature=youtu.be
- Conocido así por la dirección habanera donde se concentraron los huelguistas.
- Lucas 6:26, La Biblia, Reina-Valera.
- “40 días de ayuno de opositores pacíficos”, Cubanet, Estados Unidos, https://www.cubanet.org/htdocs/ref/dis/ayuno.htm
- Iliana LAVASTIDA, “Oscar Elías Biscet: “La libertad no es un tema político, sino moral”. Diario las Américas. 28 de mayo de 2016. https://www.diariolasamericas.com/florida/oscar-elias-biscet-la-libertad-no-es-un-tema-politico-sino-moral-n3840482
- Yoe SUÁREZ, “Quiebre de espíritu”, Connectas, 5 de noviembre de 2021. https://www.connectas.org/quiebre-espiritu-presos-politicos-y-libertad-religiosa-en-cuba/ (consultado el 19 de abril de 2023)
- Ídem.
- Testimonio del Dr. Oscar Elías Biscet, Actual .23 May 2016. https://www.youtube.com/watch?v=D8T_OtWKdV0&feature=youtu.be
- 1 Pedro 1:6-7. Reina-Varela.
- Jordan ALLOTT, “Oscar´s Cuba” (documental), In Altum Productions, 2010.
- Micaela HIERRO, Memoria y Cultura por la Democracia en Cuba. Cultura Democrática, Argentina, Cultura Democrática, 2022, p. 133.
- Jordan ALLOTT, “Oscar’s Cuba” (documental), In Altum Productions, 2010.
- Ídem.
- Micaela HIERRO, Memoria y Cultura por la Democracia en Cuba. Cultura Democrática, Argentina, Cultura Democrática, 2022, p. 157.
- Ídem.
- Ningún otro proyecto ha exigido la renuncia del Gobierno, Diario de Cuba. 16 de enero de 2013. https://diariodecuba.com/derechos-humanos/1358339122_298.html
- Entrevista con el autor.
- 24. Documento expedido por el Estado durante décadas, requisito indispensable para que un cubano pudiera salir de la isla.
- 25. El régimen cubano arresta y multa al doctor Óscar Elías Biscet por ‘receptación’, Diario de Cuba. 20 de febrero de 2020. https://diariodecuba.com/derechos-humanos/1582217435_11689.html
- 26. Ídem.
- 27.’No es momento para la normalización’: el opositor Oscar Elías Biscet critica la política de Biden hacia Cuba, Diario de Cuba. 23 de mayo de 2022. https://diariodecuba.com/derechos-humanos/1653312389_39690.html
- 28. Oscar Elías BISCET, “El pueblo cubano, un bastión de heroísmo contra la inmoralidad del régimen castrocomunista”, Diario Las Américas. 16 de junio de 2022. https://www.diariolasamericas.com/opinion/el-pueblo-cubano-un-bastion-heroismo-contra-la-inmoralidad-del-regimen-castrocomunista-n4251036
- Ídem.
- Oscar Elías BISCET, “Doblemente feliz: en Cuba, la rebelión de urnas vacías; en Italia, Meloni”, Diario Las Américas. 29 de septiembre de 2022. https://www.diariolasamericas.com/opinion/doblemente-feliz-cuba-la-rebelion-urnas-vacias-italia-meloni-n4257728
- “Oscar Rivero: persona del año 2022”, Cubatrendings. 27 de diciembre de 2022. https://cubatrendings.com/2022/12/27/oscar-rivero-persona-2022/
- Mayormente en favor de la introducción del llamado “matrimonio igualitario”, la adopción homoparental o la gestación subrogada.
- El opositor y exprisionero político cubano Oscar Elías Biscet recibe el Premio a la Excelencia Periodística, Diario de Cuba. 9 dic 2022. https://diariodecuba.com/derechos-humanos/1670610510_43948.html
*Yoe Suárez, autor de los libros de no ficción “La otra isla” (Finalista Michael Jacobs Fellowship 2016 y Latino International Book Award 2019), “El soplo del demonio. Violencia y pandillerismo en La Habana” (2018), “Charles en el mosaico” (Mención Casa de las Américas 2017) y “Leviatán. Policía política y terror Socialista en Cuba” (Premio Ilíada 2021). Sus libros han sido traducidos al italiano y al inglés. Fue corresponsal en La Habana de CBN News. Ha publicado en medios como The Hill, Newsweek, El Espectador, Univisión y El Español. Hizo periodismo narrativo y de investigación para medios cubanos independientes durante ocho años en la isla, hasta su exilio en agosto de 2022. Dirigió documentales como el largometraje “Cuba Crucis” (2022) y “Normadentro” (Premio Memoria Documental de la Muestra Joven ICAIC 2011). Ha aparecido como colaborador en Deutsche Welle y Mega TV y dirige la plataforma Boca de Lobo desde 2018.