Durante la Primera Guerra Mundial, los días 24 y 25 de diciembre de 1914, se dio un hecho insólito y espontáneo entre soldados alemanes y británicos que celebraron la Nochebuena y Navidad entre las trincheras que los separaban. Esta acción es conocida como “La tregua de Navidad” y se extendió por varios sectores del frente de batalla.
En los inicios del conflicto, el plan alemán era derrotar a Francia en un rápido y poderoso avance envolvente hasta Paris. Al principio la ofensiva fue eficaz, pero errores en el alto mando alemán debilitaron las fuerzas asignadas al ataque decisivo y dieron tiempo a los aliados franceses, británicos y belgas a impedir, en la “Primera Batalla del Marne” (6-12 septiembre de 1914), la victoria del Kaiser Guillermo II.
Los muertos y heridos de todos los ejércitos que pelearon en la batalla del Marne sumaron más de medio millón. Este fue el inicio de la guerra mas sangrienta que recoge la historia hasta la II Guerra Mundial, 25 años más tarde. Así se dio inicio a la llamada “carrera hacia el mar” que para los alemanes suponía la salida al Canal de la Mancha y ocupar los estratégicos puertos de Bélgica y el norte de Francia.
Los británicos, franceses y los restos del ejercito belga lograron defender sus estratégicos puertos en una prolongada y feroz batalla de Ypres (16 de octubre – 22 de noviembre) y en la que cayeron mas de 250,000 soldados aliados y alemanes. La Revolución Industrial había facilitado una producción masiva de armas de alto impacto y volumen de fuego (ejemplo la ametralladora), que convierten (por 4 años) los campos de batalla en alucinantes ataques suicidas.
Para diciembre de 1914 el horror de las enormes pérdidas en campo abierto obligó a los ejércitos establecer líneas de trincheras defensivas que se extendieron desde Suiza hasta el Mar del Norte. (En efecto más de 800 kms de trincheras). Este es el contexto histórico en el que se desarrolló la “tregua de Navidad” que se dio, sin planeamiento ni permiso oficial, entre soldados que el día anterior se estaban matando en violentos combates. Hecho realmente extraordinario. La franja de tierra entre las trincheras de los ejércitos adversarios se conocía como “la tierra de nadie”. En ocasiones, en el silencio de la noche, se podían escuchar voces y sonidos entre dichas trincheras.
Todo comenzó en la tarde del 24 de diciembre cuando soldados alemanes pidieron a los británicos (había tropas inglesas, escocesas y canadienses) que les permitieran recoger sus heridos y enterrar a sus muertos; los británicos aceptaron y salieron de sus trincheras con el mismo propósito.
El teniente Geoffrey Heineky, del 2do Regimiento del Westminster, escribió a su madre: “Ocurrió una cosa muy extraordinaria…algunos alemanes salieron y levantaron las manos y empezaron a recoger a sus heridos, así que nosotros salimos de nuestras trincheras y recogimos también a nuestros heridos. Los alemanes nos hicieron seña y muchos de nosotros fuimos a hablar con ellos y así nos ayudamos a enterrar los muertos”.
El Daily MIrror de Londres publica la noticia con fotografías del encuentro. En carta escrita por el cabo A. Wyatt relata a sus padres el emotivo momento: “Mi batallón (Norfolk) se desplegó en las trincheras el día 24 de diciembre. Todo estaba en calma. Ni un disparo de fusil. Al anochecer escuchamos a los alemanes cantando villancicos de Navidad, en especial “Stille Nacht” (Noche te Paz). Los británicos respondieron con aplausos y gritos de alegre celebración cantando villancicos”.
Continua el cabo Wyatt: “El día de Navidad (25 de diciembre), amaneció con una densa niebla que no levantó hasta el mediodía. Entonces escuchamos desde las trincheras alemanas gritos de “no vamos a disparar” y comenzaron a caminar hacia nuestras trincheras; dos o tres de nuestros muchachos salieron a recibirlos. Así fue como todo el mundo salió a darse las manos e intercambiar saludos de Feliz Navidad. Compartimos dulces, chocolate y cigarrillos y terminamos jugando football entre las trincheras (la tierra de nadie).” Conmovedor relato del histórico acontecimiento.
Los altos mandos alemanes y británicos quedaron consternados y emitieron estrictas ordenes que cualquier tipo de confraternización con el enemigo resultaría en un consejo de guerra y seria severamente sancionado.
¿Porque soldados que horas antes se mataban en feroces combates llegaron a fraternizar? Respuesta llena de incógnitas porque tiene diversas formas de racionalizarlas. Tal vez en la cultura épica tradicional de sepultar con dignidad a sus guerreros como ellos habían hecho el día anterior entre sus trincheras, unido al entrañable recuerdo de las Navidades vividas por muchos años en el calor de sus hogares, inspiraron la gracia del Espíritu Santo para iluminar a aquellos soldados a compartir un instante de paz y humana redencion. En efecto mas que una tregua allí se vivió el excelso milagro de la Navidad.
Esta tregua de navidad fue el momento más venerable de solidaridad humana que marcó la memoria histórica de la Primera Guerra Mundial.
* Pedro Roig, Esq. es Director Ejecutivo del Instituto de Estudios Cubanos. Tiene una maestría en historia de la Universidad de Miami y un doctorado en derecho de la Universidad de St. Thomas. Ha escrito varios libros, entre ellos La muerte de un sueño: Una historia de Cuba y Martí: La lucha de Cuba por la libertad. Es veterano de la Brigada 2506. |
1 thought on “LA TREGUA DE NAVIDAD”
What an emotional encounter! It depicts the existence of a profound solidarity among humans who recognizes the similarities that lie within our skins in spite of created differences by nationality, culture, ethnicity, and the like. It is a good omen towards the future of human interactions and relations. Thank you for bringing this story to people like me that had no idea of such occurrence.
Comments are closed.