Por: Vicente Morín Aguado.
Antes de estallar la crisis de los cohetes en 1962 una flotilla de 4 submarinos llegó a Cuba, con la misión inicial de crear una base operativa en la isla. Al apartarse Krushev de la nefasta seducción castrista, el fue pospuesto, pero jamás abandonado. Resurgió a finales de los “setenta” al llegar a la Bahía de Jagua, Cienfuegos, costa del caribe, el primero de tres navíos del tipo oceánico, Proyecto 641K, código de la URSS.
Las redes sociales han suministrado valiosa información a través de páginas web generadas por ex integrantes de las tripulaciones de estos navíos, muchos de ellos en la diáspora. Tal es el caso de Luis Domínguez y su sitio Secretos de Cuba. Los prolijos detalles aseguran la validez de estas fuentes. A continuación, un comentario:
“Estuve en Cienfuegos e incluso efectué navegación de instrucción en uno de ellos. La verdadera historia de los submarinos y el desarrollo de esta base tenía como objetivo enmascarar la presencia de submarinos rusos en Cuba para ello se prepararon facilidades en Cayo Alcatraz y allí se hospedaron muchas tripulaciones de submarinos rusos. Se empleaba el remolcador Agatan para hacer los cambios de las tripulaciones. Para todos era una ventaja comer en el cayo por la calidad de la comida que se elaboraba.”
El subrayado es nuestro, resaltando las verdaderas intenciones del imperio comunista. Otro marinero nos ilustra sobre el estado de nuestra flamante flota sumergible, reafirmando la verdadera razón de su existencia:
“Yo estuve en la marina en el 89 y salí en el 91 por la famosa desaparición del campo socialista. Serví en una unidad de tropas especiales ubicada detrás del hospital de la base. Desde allí se apreciaban los muelles de los submarinos. Era donde único todavía se podían comprar cigarros. Digo todo esto para que sepan que es cierto que estuve en esa base, y digo con toda certeza que los submarinistas que se atrevieran a una travesía a esta hora estarían en el panteón de los mártires y el aparato en el fondo del mar. Esos tabacos tenían más años que el hambre.”
Las relaciones militares ruso-cubanas alcanzaron el punto de congelación al cerrar Vladímir Putin en 2001, la Base de espionaje radiofónico de Lourdes, cerca de la capital cubana; renacieron después de la condonación de la mayor parte de una deuda antillana con Moscú, valorada en 30 mil millones de dólares. (Año 2013)
Raúl Castro y el sucesor por él designado Miguel Díaz-Canel, han visitado 3 veces Rusia cada uno durante la última década, mientras Putin, alternando con Medvedev, muestran similar récord, al cual debe agregarse una docena de intercambios entre cancilleres junto a varias visitas a Cuba de los altos Jefes de la armada rusa.
Mientras en la Plaza de la Revolución y sobre todo en el Kremlin, se cocina lo que la agencia estatal del enorme país euroasiático RT, tituló en mayo de 2015: Reunión de Raúl Castro con Vladimir Putin: Las claves de una alianza estratégica, las aguas caribeñas van plagándose de cigarros marinos capaces de hacer daño, tal y como lo demostró un aparato de similar molde, al hundir Corea del norte el buque Cheonan de la armada surcoreana. (Año 2010)
Los militares cubanos extendieron hasta Venezuela su tecnología casera, según declaró a la agencia argentina Infobae un alto militar del país del Orinoco, obviamente bajo anonimato:
“Tuve la oportunidad de visitar y entrar en un mini submarino en Cuba. Ellos no tienen Armada, solo pequeños patrulleros costeros, y basan su defensa de costas en el minado, misiles lanzados desde la costa y estos mini submarinos de fabricación propia.” Sobre el empleo de estos equipos explicó:
“Su construcción es relativamente sencilla y su empleo sería el de acercar a buzos de combate a buques que se desplacen o se encuentren fondeados cerca de la costa. Eso ocurre cuando quieran efectuar ataques con bombas lapa o con torpedos.”
Asistimos a una cooperación marcada por la impronta de Rusia, cuya expansión en los mares del Nuevo Mundo se apoya en el binomio Cuba-Venezuela, únicas naciones cuyos dictadores están emparentados por el mismo padrino y dependen del soporte bélico de la gran potencia eslava.
Según diversos estimados, La Habana maneja entre 4 y 6 delfines en tanto al menos tres están radicados en las costas del Maracaibo. La tecnología parte de Corea del Norte, en un revoltillo de elementos copiados de la antigua Yugoeslavia y el moderno Irán.
Los planes de Moscú
Esos planes se apoyan en la declarada intención del heredero del castrismo en cuanto a mantener la “alianza histórica de la revolución cubana con Rusia”, según le dijera a Putin el presidente designado Miguel Díaz Canel el 29 de septiembre del pasado año.
La respuesta de su contraparte llegó recientemente al anunciarse el 6 de febrero de este año que: “El gobierno de Rusia aprobó un crédito de 43 millones de dólares que concederá a Cuba para el desarrollo sostenible de su sector de defensa.” informó el viceprimer ministro ruso, Yuri Borísov.
Las intenciones expansionistas de Rusia no dejan lugar a dudas, si conocemos que la isla puja desesperadamente por vender sus encantos geoestratégicos en medio de una crisis financiera convertida en default.
Los rusos saben que no han de esperar el pago de este crédito porque Cuba les debe varios miles de millones aún, y ha pedido un aplazamiento formal de estas obligaciones. Se trata de cubrir las apariencias, al igual que lo hicieron con los destartalados submarinos décadas atrás en Cienfuegos. Revivir la Base es ofrecerles a los modernos navíos sumergibles un centro de operaciones en el mar mediterráneo americano.
No por gusto días después de concedido el simbólico crédito, el Almirante Jefe de la marina, Nikolay Evmenov, recorrió durante 6 días puertos cubanos. Desde el año anterior venían arribando buques de su armada al gran archipiélago antillano, y un dato especial, en octubre de 2019 Moscú restableció nuevamente la basificación de Cuba para el espionaje de alta tecnología, ahora bajo el sello Glonass.
Si alguna duda quedara alrededor de la jugada pensada en el Kremlin, contando con la apertura de piernas de la india Habana, en 2018 las autoridades de Cienfuegos estaban avisando a los pobladores ubicados en puntos costeros de la bahía, la decisión de congelar tales límites marítimos en cuanto a nuevas construcciones habitacionales, desbrozando el camino a futuras mudanzas.
Posteriormente llegó la noticia: “Unas 11 mil 420 viviendas ubicadas en la franja costera la provincia de Cienfuegos y en otras zonas rurales serán reubicadas paulatinamente “por peligros, vulnerabilidades y riesgos ante fenómenos naturales provocados por el cambio climático”. (Emisora local Radio Ciudad del Mar, mayo 2019)
Los argumentos contaron con la autoridad científica de Yania González Cabrera, subdirectora de la Academia de Ciencias provincial, al precisar que “investigaciones a largo plazo prevén un ascenso del nivel medio del mar hacia 2050 y 2100, en 27 y 85 centímetros, respectivamente.”
¡¡Estos 27 centímetros para 30 años justifican el traslado urgente de entre 40 mil y 50 mil personas en medio de la crisis generalizada que hoy acompaña al urbanismo nacional!! Solo el terrible Coronavirus ha detenido el plan.
El ciclo de nuestro planeta, 61 años después, marca un nuevo octubre. La historia pudiera repetirse si modernos submarinos rusos, armados con misiles portadores de cabezas nucleares, alcanzan de nuevo las costas de la Isla que Fidel Castro convirtió en territorio soviético de ultramar.
Confiemos que los estadounidenses no se dejen sorprender, al menos Morgan Ortagus, vocera del Departamento de Estado, declaró días atrás: “El establecimiento de una base de la Armada rusa en Cuba con el despliegue de misiles balísticos es una violación directa de los acuerdos entre Moscú y Washington que han estado vigentes desde el fin de la Crisis de Octubre.”
No olvidar que aún vive Raúl Castro, el ahijado político de la KGB quien, durante el juicio seguido al general cubano Arnaldo Ochoa, asesinado legalmente en 1989, declaró mientras justificaba, junto a su hermano, el fusilamiento:
“Yo soy un ruso del Caribe.”
* Vicente Morín Aguado es periodista independiente asociado al Havana Times. Este es el tercero de varios trabajos exclusivos para el Instituto de Estudios Cubanos de Morin Aguado que ahora reside en los Estados Unidos.
1 thought on “Los submarinos amenazan devolverle a Cuba la condición de territorio ruso en el Caribe”
Estimado Vincente, gracias por su buena observacion. En la realidad la cituacion es todovia mas critica que usted imagina. Hay que ser un profesional en la materia para comprender. Por favor lea el articulo publicado en mayo 5 de este año por el mismo institute
https://cubanstudiesinstitute.us/principal/a-new-missile-crisis-in-the-making/
Asunto es que la corta distancia de 90 miles entre Cuba y EEUU no requiere el uso de misiles estrategicos que son balisticos. Las estalaciones de lanzamiento de misiles desde fondo en aguas profundas territorial cubana y los submarinos Rusos desde su base en Cuba no requieren los misiles estrategicos del largo rango. Es preferible usar los misiles de crusero con la velosidad supersonica pegados al aqua. Estos misiles son tacticos y de corto y intermedio rango pues mucho mas precisos y no son detectables. EEUU comensaron actualmente desarollar algunas defensas contra estos misiles, pero su deteccion es problema cual hasta aghora no superarron. Temo que no estaran listos por la mitad de una decada de años.
https://www.businessinsider.com/us-military-lacks-cruise-missiles-defense-2016-8
https://breakingdefense.com/2019/08/newest-army-laser-could-kill-cruise-missiles/
Pero mientras tanto, Putin intime con el 3r crisis de Caribbe
https://www.reuters.com/article/us-russia-usa-missiles/russia-warns-of-repeat-of-1962-cuban-missile-crisis-idUSKCN1TP14Y
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