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The Cuban Studies Institute Publications

Los “perofláuticos” y el terrorismo de Hamás en octubre de 2023

*   Por Yoe Suárez

“¡Gaseen a los judíos!”, grita una multitud frente a la Ópera de Sídney. “¡Violen a sus hijas!”, piden por un altavoz en Londres. No estamos en los años del Nacional Socialismo de Adolfo Hitler, ni son cabezas rapadas los que reclaman. Es el siglo XXI y las vociferaciones vienen de migrantes árabes. No ondean la bandera de la esvástica, sino las de Palestina y el movimiento Hamás. El 8 de octubre de 2023 el escenario se caldeó, cuando ese grupo terrorista lanzó un ataque denominado Tormenta Al-Aqsa que dejó 1300 muertos en Israel, el peor día desde el Holocausto para los judíos.

Cómo Occidente, que ha combatido el odio a los judíos exitosamente desde la Segunda Guerra Mundial, ve nuevos llamados públicos a eliminar a individuos por el delito de respirar y pertenecer a un grupo étnico y cultural. Las olas migratorias del mundo árabe hacia el viejo continente ahora rejuvenecen el panorama antisemita y, siendo un número no despreciable de la población, sus mujeres pisotean las flores y velas de los memoriales por las víctimas, o arrancan los carteles de los israelíes secuestrados por Hamás.

En medio de esto, la debilidad de las élites liberales que gobiernan en Occidente es notable. Han perdido la brújula moral: si un padre reclama el derecho a educar a sus hijos de acuerdo con sus valores, es un terrorista; pero si una turba clama por linchamientos étnicos, silencio.

La BBC ha dicho que no llamaría “terroristas” a los terroristas de Hamás. Le parece que pierde la objetividad, por supuesto. Quemar familias enteras de civiles vivos en sus autos o casas; violar jovencitas junto a los cadáveres de sus amigos; secuestrar sobrevivientes del Holocausto y niños hacia Gaza; ametrallar y decapitar bebés; nada de eso debe turbar la pulcritud verbal de los periodistas en sus torres de marfil.

Los meridianos, con más títulos que inteligencia, travisten la medianía con sabiduría. Creen aparentar virtud echando culpas por igual a la única democracia de Oriente Medio y al yihadismo que abre vientres de embarazadas y clava puñales a los nonatos.

Al feminismo le gusta decir que el silencio es complicidad, que la medianía ante la violencia contra las mujeres es complicidad. Todo esto deja de aplicar cuando el Estado de Israel es atacado con el expreso fin de exterminar a los judíos.

La medianía buenista de la clase “intelectual”, farsa de justeza, y la afiebrada violencia islámica se unen en un mismo coro de justificaciones para la distancia y la barbarie. En Raval, Barcelona, un grupo de antisraelíes caminó presidido por una pancarta que rezaba “honor a lxs mártires”, así, con lenguaje “inclusivo”, para que no quede duda que la misma neolengua de la izquierda identifica a los yihadistas que abren los muslos de mujeres que gritan.

A ellos, digo, a lxs, serán los primeros que los radicales musulmanes eliminarían una vez tomado el control. Ya ocurrió antes. El apoyo izquierdista a la Revolución Islámica de Irán es conocido. Ambos querían la caída de la monarquía iraní. El Partido socialista Tudeh tenía en las prisiones del Sha a varios presos políticos, que una vez caída la monarquía fueron ejecutados por los revolucionarios musulmanes. 

La izquierda, incapaz de valorar que el mundo Occidental, fundado sobre el cristianismo, es el mejor ambiente posible para mantenerse con la cabeza sobre los hombros, creyó que le unía con los musulmanes los gritos religiosos de ¡Libertad, justicia, dignidad!

La justicia islámica tendría dos significados principales: castigos como la Ley de Talión, la Lapidación, y caridad y pago de limosna. En cuanto a la libertad, sólo existirían partidos “islámicos”, porque los otros no eran mencionados en el Corán. El uso del término “oprimido”, se referían a los perseguidos por su fe, no a las masas proletarias.

Los izquierdistas consideraron que la independencia de las potencias occidentales era progresista, pero desembocó en un totalitarismo musulmán. Algo similar ocurrió en Cuba en 1959, cuando Fidel Castro empujó a Cuba a la órbita del imperio ateo socialista soviético.

Por estos días de ataques de Hamás una pareja de defensores de “la causa palestina”, Igal and Cindy Flash, fue asesinada en su casa por los terroristas. Imagino que habrán gritado ante los cañones de las armas de sus verdugos: “¡Estamos con ustedes, les apoyamos, sentimos su dolor!”, pero el fanatismo antisemita no tiende a escuchar. 

El comunicador Irving Gatell, refiriéndose al lamentable suceso, subrayó la tragedia de ser judío “pro-palestino” y descubrir al momento de ser asesinado que, por ser judío, no te van a perdonar. “Para Hamas y esas yerbas, sólo fuiste un tonto útil. No es una guerra contra el sionismo o ´la ocupación´. Es contra el pueblo judío y contra occidente”.

Los buenistas volvieron a morder el polvo, por el peso de sus propias miopías. Ni siquiera de eso sacan lecciones los que quieren aparentar una supuesta superioridad intelectual etiquetando de culpables a víctimas y agresores. Esos “perofláuticos”, los fans del “pero”, dicen una primera sintaxis para ser políticamente correctos, simular que les preocupa lo que, a cualquier persona decente, y después despliegan otra que anula moralmente la primera.

En la misma línea de pensamiento coincidieron desde el totalitarismo castrista y el feminismo, hasta activistas LGBT y supremacistas blancos. Se hizo imposible distinguir a ese grupo de actores solo por sus argumentos.

Una activista feminista dijo que condenaba el terrorismo de Hamás, pero ante el anuncio de que las Fuerzas de Defensa Israelíes lanzarían una ofensiva contra posiciones de los terroristas, afirmó que el Estado judío no era el bueno de la historia en los conflictos en el Medio Oriente, porque violaba sistemáticamente los derechos humanos de la población palestina.

Casi al calco, el comunicado oficial de la dictadura cubana justificó a Hamás porque “durante 75 años el pueblo palestino ha enfrentado, en lucha desigual, la creciente hostilidad del Estado israelí (…) violando los derechos básicos del ser humano”.

Un activista gay aseguró que dejar a Gaza sin electricidad ni agua era un crimen contra la humanidad. El supremacista blanco estadounidense Nick Fuentes publicó un video diciendo que el estado de Israel no debía castigar colectivamente a los palestinos.

La red racista Black Lives Matter emitió su apoyo, como hace desde 2015, al terrorismo de Hamás. En Latinoamérica, mientras la mayoría de los gobiernos condenaron el ataque yihadista, los cabezas de Estado socialistas justificaron las acciones de Hamás, que costaron la vida a 250 jóvenes en un festival de música por la paz en el desierto del Neguev.

“Si hubiera vivido en la Alemania del 33 hubiera luchado al lado de los judíos y si hubiera vivido en Palestina en 1948 hubiera luchado del lado palestino”, dijo el presidente colombiano Gustavo Petro el domingo en X, antes Twitter, tras el ataque sorpresivo contra Israel. Petro inundó X con sus reflexiones sobre el conflicto y desató una polémica con el embajador israelí. La acción final del exguerrillero y presidente colombiano fue “invitar” al representante judío a abandonar Israel.

El domingo 9 de octubre, la cancillería colombiana difundió un comunicado en el cual condenaba “con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles”. Al otro día lo modificó y difundió una nueva versión en la que no se mencionaba la palabra “terrorismo”.

Venezuela tampoco condenó los ataques de Hamás y abogó por una “negociación genuina” entre Israel y Palestina para poner fin a la violencia en la Franja de Gaza”.

Nada como una mala causa para unir a los socialistas, incluso por encima de sus desacuerdos o distanciamientos incidentales. Instituciones como la Fundación para el Análisis del Conflicto Étnico y Social ha expuesto el origen nazista del movimiento palestino. Exterminar judíos siempre ha sido la causa de este grupo árabe.

No es extraño que la izquierda feminista y LGBT, casi en pleno, justifique el asesinato de civiles durante lo que llaman un “proceso de descolonización”. Primero, porque Israel representa una porción de Occidente –tradición, igualdad ante la ley, libertad religiosa- en la región con menos democracias por kilómetro cuadrado; y, en segundo lugar, porque la matanza de los “opresores” es algo que les hace salivar, anhelan verlo acá, en los barrios y naciones que los recibieron o en las que nacieron.  

Los muertos judíos valen poco para un mundo que se aleja cada vez más de la cristiandad y abraza el relativismo y el paganismo. Le importa a nadie, excepto al Estado de Israel, que nació en 1948 y ha luchado más guerras que cualquier otra nación por su supervivencia, y fue la promesa de que las masacres contra judíos no volverían a ocurrir o al menos no tendrían por respuesta el silencio. 

Mientras Hamas dice a los residentes de Gaza que no salgan de sus casas después de que las FDI advirtieran a los civiles que evacúen, a través de los medios de comunicación; Israel ha pasado décadas construyendo refugios y el milagro tecnológico del Domo de Hierro para proteger a sus civiles, de los cuales el 20 por ciento es árabe.

Mientras los soldados de Israel se ponen delante de sus mujeres y niños, Hamás usa a sus mujeres y niños como escudo, prohíbe que sus ciudadanos salgan del teatro de operaciones, o ataca los convoyes de palestinos que aman más su vida que la promesa del reino yihadista.

En medio de la lluvia de opiniones, y a contrapelo de la política oficial del régimen, la sociedad civil cubana se pronunció en favor de las víctimas, con la comunidad cristiana al frente. La más extendida denominación evangélica en la isla, Asambleas de Dios, pidió oración por Israel y a los cristianos llamó a “predicar el evangelio a tiempo y fuera de tiempo, porque es el testimonio y el conocimiento de la Verdad, la que deja libre al hombre, cuando convencido por Su Espíritu se apropia de Jesús”.

“Y como cristianos libres en Cristo, con conocimiento y en cumplimiento de Su Palabra, amén del movimiento antisemítico que se levanta como una ola en este mundo, oremos por La Paz de Jerusalén”, expresó el documento dado a conocer en redes sociales por el Presbiterio Ejecutivo General

Por su parte, Alejandro Hernández Cepero, pastor del proscrito Ministerio apostólico Aliá, realizó este martes 10 de octubre una protesta cívica contra los ataques del grupo terrorista Hamás a Israel[1]; un tour en bicicleta con la bandera israelí colgando en su espalda. En el recorrido, de poco más de 15 kilómetros, atravesó seis municipios de la capital: Cerro, Diez de Octubre, San Miguel del Padrón, Guanabacoa, Regla y Habana del Este.

Desde la ciudad de Las Tunas el Apóstol Mayim Jorge, del perseguido Movimiento Apostólico, llamó a una acción pública. “Estamos convocando al Ministerio Viento Recio en Las Tunas y de más provincias a hacer un culto especial para orar por Israel y bendecir esa amada nación. En Las Tunas lo estaremos haciendo el miércoles próximo”, expresó Jorge. “Usted hoy puede ser bendito o maldito por siempre. Escoja la bendición para siempre y rompa la maldición que pende sobre nuestro país, por haber maldecido por cuarta vez a la nación más bendita de la Tierra”.

En 1973 Fidel Castro envió dos divisiones de tanquistas cubanos a la guerra de Yom Kippur, en la que los dictadores Bashsar Al-Assad padre, del régimen socialista sirio, y Abdel Nasser, de Egipto, para acabar con el Estado judío.

Desde entonces, la dictadura marxista cubana ha tomado otras vías, como establecer una falsa equivalencia moral entre el terrorismo islámico que pretende la eliminación de los judíos, la legítima defensa israelí de sus ciudadanos.

Desde 2005 Gaza tienen un autogobierno, no existe la llamada “ocupación israelí” sobre esos territorios, y a partir de ese año, como ha reconocido la BBC, la red de túneles del grupo terrorista Hamás por debajo de zonas densamente pobladas no ha hecho más que crecer. Desde esos túneles se lanzan cohetes y en ellos se almacenan las balas que acabaron con la vida de civiles.

En noviembre de 2012 Hamás decidió construir un gran túnel ofensivo para poder infiltrarse con equipos de asalto en territorio israelí y poner bombas en zonas urbanas gazatíes, reportó BBC, y reconoció que las entradas suelen situarse bajo viviendas, mezquitas o escuelas.

El ejército israelí salió a defender a su población y eliminar posiciones de Hamás que, cobardemente, se oculta en túneles bajo mezquitas, escuelas y viviendas. Los israelíes protegen a sus mujeres y niños, los yihadistas se protegen con sus mujeres y niños.

Mientras tanto, el fundador del grupo terrorista Hamas, Khaled Mashal, llamó a los musulmanes de todo el mundo a hacer una jornada de ira el viernes 13, y hacer aplicar la yihad islámica (guerra santa) a nivel global. Ya ha habido atentados en Bélgica y Francia. 

Israel notificó con días de antelación a la población gazatí que lanzaría un ataque sobre las posiciones de Hamás, y los instó a salir de las áreas más densamente pobladas. Egipto se ha negado a abrir su frontera con Gaza para acoger refugiados, ¡Vaya solidaridad árabe!

Hamás ha instado a la población o, abiertamente prohibido, salir de sus casas para usarlos como escudos humanos, esperando una buena propaganda anti-sionista para el mainstream mediático, manipular la sensibilidad de las naciones occidentales y seguir alimentando el relativismo moral de los borregos.    

*Yoe Suárez, autor de los libros de no ficción “La otra isla” (Finalista Michael Jacobs Fellowship 2016 y Latino International Book Award 2019), “El soplo del demonio. Violencia y pandillerismo en La Habana” (2018), “Charles en el mosaico” (Mención Casa de las Américas 2017) y “Leviatán. Policía política y terror Socialista en Cuba” (Premio Ilíada 2021). Sus libros han sido traducidos al italiano y al inglés. Fue corresponsal en La Habana de CBN News. Ha publicado en medios como The Hill, Newsweek, El Espectador, Univisión y El Español. Hizo periodismo narrativo y de investigación para medios cubanos independientes durante ocho años en la isla, hasta su exilio en agosto de 2022. Dirigió documentales como el largometraje “Cuba Crucis” (2022) y “Normadentro” (Premio Memoria Documental de la Muestra Joven ICAIC 2011). Ha aparecido como colaborador en Deutsche Welle y Mega TV y dirige la plataforma Boca de Lobo desde 2018.

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