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José Miguel Gómez (1909-1913). Segundo Presidente de la República de Cuba

José Miguel Gómez (1909-1913)

José Miguel Gómez, (1858-1921) Mayor General del Ejercito Libertador a las órdenes directas de Máximo Gómez, fue el segundo presidente de la República de Cuba. Alto, fuerte, de probado valor personal, poseía un carácter cordial, tolerante, pródigo en los placeres de la buena mesa en agradables tertulias, acompañado de leales y queridos amigos, fue a lo largo de su vida esposo y padre ejemplar.

José Miguel Gómez integró el Partido Liberal y fue el político más popular de su época. Su presidencia marcó cuatro años de notable crecimiento económico, desarrollo de la infraestructura de servicios públicos y las libertades individúales consagradas en la Constitución de 1901.

Su presidencia estuvo marcada por la patológica tradición colonial de corrupción, donde se obtenían beneficios personales aprovechando los recursos del Estado. El humor vernáculo del cubano matizó el alto nivel de tolerancia a este recurrente defecto colectivo con la frase: “El tiburón se baña, pero salpica”.

Durante la presidencia de José Miguel Gómez la producción azucarera creció con la notable expansión de dicha industria, incluyendo la construcción de siete nuevos centrales.

NUEVOS CENTRALES AZUCAREROS

En la provincia de Oriente se construyeron: El Jobado (1910), Delicia (1911), Manatí (1912), Rio Cauto (1912), América (1913) y Borjita (1913). En Camagüey el Morón (1912). (1)

PRODUCCIÓN DE AZÚCAR Y VALOR DE LA VENTA EN DOLARES (2)


El efecto de la riqueza económica de la industria azucarera favoreció el crecimiento de comunidades urbanas en zonas de baja población. Las eficientes fábricas de azúcar, con equipos de máxima producción y alta calidad, permitieron a miles de cubanos acceder a conocimientos especializados en el complejo tecnológico que brindaba el sostenido desarrollo de la Revolución Industrial.

Durante la presidencia de José Miguel Gómez, La Habana alcanzó los 300,000 residentes y comenzó a perfilar las características de urbe cosmopolita que tornaba los días de febril actividad en noches de bohemia inolvidables y mágica alegría.

El censo de 1907 dio una población total de 2,048,980 habitantes. Las cifras por provincias son: Pinar del Río 240,372; La Habana 538,010; Matanzas 239,812; Santa Clara 457,431; Camagüey 118,269; Oriente 455,086.(3)

Entre los años 1902-1919 Cuba recibió una extraordinaria migración proveniente de España. En esos 17 años, mas de 436,000 inmigrantes españoles se establecieron legalmente en Cuba. Precisamente en estos años Cuba sumó a esta enorme cifra de inmigrantes españoles más de 208,000 ciudadanos de otros países de América para un total de 658,000 inmigrantes.

El año 1911 es un indicador del sólido crecimiento de la economía de Cuba. Ese año Estados Unidos invirtió $205 millones de dólares en la industria azucarera, ferrocarriles, servicios públicos, minas, bancos y tierras. En 1913, Gran Bretaña invirtió más de $25 millones en los ferrocarriles de Cuba.(4)

Capitales franceses y alemanes invirtieron en la banca privada y plantas eléctricas. Con el enorme mercado de consumo norteamericano a 90 millas, Cuba adquirió un alto nivel de seguridad financiera para los inversionistas.

Teniendo como meta asegurar la paz y estabilidad interna, José Miguel Gómez amplió los créditos de las Fuerzas Armadas. En 1909 creó la Marina de Guerra Cubana, que fue honra de la República por su alto nivel profesional. En 1911 se compró el crucero ligero “Cuba” en los Astilleros Cramp de Filadelfia y el más pequeño crucero “Patria”, además de varias cañoneras que sirvieron funciones de guardacostas. El presidente Gómez aumentó los efectivos del ejército a 10,000 oficiales y soldados y en 1911 por decreto No -112 estableció la primera academia militar de Cuba en el Castillo del Morro.

Ecos de la esclavitud persistían en la vida económica, social y política de Cuba. En época de Charles Magoon (Segunda Intervención) se organizó (1907) el Partido Independiente de Color. En 1908 el presidente del senado Martín Morúa Delgado, de la raza negra, presentó y fue aprobada, una Enmienda a la Ley Electoral que “prohibía la existencia de partidos constituidos exclusivamente por individuos de una sola raza, color, o clase social”.

El 20 de mayo de 1912 estalló la rebelión de los negros con manifestaciones de protestas en centros urbanos de la isla y grupos armados en zonas rurales. Washington reaccionó con una directa amenaza de intervención que José Miguel Gómez y su secretario de estado, el insigne Manuel Sanguily, respondieron con dureza: “es mi deber advertir a usted que una resolución de esta especie tan grave (intervención) alarma y lastima el sentimiento de un pueblo amante y celoso de su independencia…” añadiendo “que era absolutamente innecesario contemplar tan drástica y humillante medida considerando que en solo cuatro días se había controlado la rebelión con excepción de un limitado territorio oriental”.(5)

Por su parte, el secretario de estado norteamericano Henry Taft envió al presidente Gómez una conciliadora respuesta, señalando que la presencia de buques de guerra en aguas cubanas era: “para prestar apoyo y auxilio moral al gobierno cubano y desligado de toda cuestión de intervención”.(6)

La noticia de que los alzados incendiaron el pueblo de la Maya, cercano a Santiago de Cuba, aceleró la urgencia de aplastar la insurrección.

Este trágico episodio ha tenido una confusa narración partidista. Se desconoce la cifra exacta, pero se estima que fueron más de 2000 muertos en combates y en la brutal represalia, incluyendo sus jefes Everisto Estenoz y Pedro Ivonnet.

Dispuesto a enriquecerse desde los primeros días de su presidencia, Gómez dio vigencia al apodo de “tiburón”, marginando el digno legado del primer presidente de la República Don Tomás Estrada Palma, paradigma de honestidad administrativa.

Con la presidencia de Gómez se inicia en la vida política de Cuba el sistemático enriquecimiento de funcionarios públicos, creando una de las más perniciosas prácticas que ensombrecieron los extraordinario logros institucionales y económicos de la Republica. Orestes Ferrara, una de las figuras más cultas y lucidas de la política nacional, encabezo la lista de los que alcanzaron una millonaria fortuna durante la presidencia de Gómez.

Líder de clara visión política, José Miguel Gómez, conciliador y pragmático supo entender las necesidades y preferencias del cubano de su época. Durante su gobierno se autorizó las peleas de gallos y la lotería, dos medidas muy populares que le brindaron simpatía a su presidencia. Se establecieron la Academia de la Historia, la Academia de Artes y la Biblioteca Nacional, se mejoró el alcantarillado de La Habana, se aumentó el sistema telefónico y en 1912 la compañía de Electricidad y Gas de La Habana brindaba servicios a 21,664 hogares.

El sistema de ferrocarriles continuó su intenso y sostenido desarrollo. La “Cuban Railroad Company” compró en 1908, la línea que conectaba a Bayamo con San Luis y el ramal de Bayamo a Manzanillo. En 1910 se completó la importante vía ferroviaria de la región norte de Las Villas y Camagüey, llegando hasta el puerto comercial de Nuevitas, que ya tenía conexión directa con Puerto Príncipe (Camagüey), y a la línea principal de los ferrocarriles de Cuba que unía a La Habana con Santiago de Cuba.(7)

Servicios de los Ferrocarriles de Cuba (1910-1915)(8)

Otras medidas efectivas y de impacto inmediato que contribuyeron a mantener el apoyo del pueblo a su gobierno fueron la creación de 150 aulas de instrucción primaria a lo largo y ancho de Cuba, la creación de seis Granjas-Escuelas, una en cada provincia, para instruir a jóvenes campesinos en los adelantos de la tecnología agropecuaria, y la ley que dicto el cierre de los comercios a las 6 pm. En lugar de la 9 de la noche, medida enormemente popular en amplios sectores del país.

José Miguel Gómez consolidó la paz interna, el respeto a las libertades individuales, el libre mercado, el desarrollo de la economía y las infraestructuras de los servicios públicos.  Inteligente y práctico, no aspiró a la reelección, aunque la Constitución de 1901 la autorizaba, y el 20 de mayo de 1913 transfirió la presidencia al líder del Partido Conservado, el Mayor General Mario García Menocal.  La República de Cuba cumplía 11 años.

(1)A Study on Cuba- Cuban Economic Research Project. University of Miami, 1961. Dr. José Álvarez Díaz, Chairman, Pag 237.

(2)IBID, page 235.

(3)IBID, page 195.

(4)IBID, 267-268.

(5)José Duarte Oropesa, Historiología Cubana, Vol. II. Ediciones Universal, Miami, 1974, page 229.

(6)IBID, 230.

(7) Study on Cuba, page 269.

(8) IBID 270.

*   Pedro Roig is Executive Director of the Cuban Studies Institute. Roig is an attorney and historian that has written several books, including the Death of a Dream: A History of Cuba. He is a veteran of the Brigade 2506.

1 thought on “José Miguel Gómez (1909-1913). Segundo Presidente de la República de Cuba”

  1. Joel Garcia Esteve

    Interesante y balanceado relato. Admite las fallas de nuestro segundo Presidente, pero destaca los grandes logros de su mandato.
    El relato enorgullece al Cubano amante de su Patria.

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